El peculado es la recompensa de la ambición. Viven en la opulencia dejando huellas imborrables de su amor al erario. Poseen dos amos a menos, el dinero y la alianza política, alimentando la historia vergonzosa del enriquecimiento que llaman democracia.
Por ambición o para su seguridad, tiene la impunidad, no mirar, peseguirse en amor a la moral política hipócrita. Inclinación habitual del alma amante del erario. Están en la gloria de su acuerdo.
Se expresan y gesticulan en afán de demostrar educación. En sí carecen de la virtud e integridad de Catulo el Romano.
La llamada justicia duerme, sabe demasiado sobre los corruptores y corruptos. Ese político de cuya falsedad podría recordarse las palpables de su mala administración de doloras pruebas de corrupción. Los hechos indican quienes son los que actúan en contra de la patria.
Estamos convencidos que la doctrina Duartiana y la Boschista serán el remedio sanador nacional contra los males que sufrimos los dominicanos.
La pobreza haitiana se está comiendo la dominicana.
El dominicano ya dictó la mente cívica, a los que han institucionalizado el peculado.
El sistema político no tiene una visión del futuro, no interesa o la razón esta nublada por la riqueza. No importa ver la pérdida de la dominicanidad, es ceguera política.
El PRD está dividido por hablar y desconfiar, perdieron la razón, no comprenden que se deshacer, ni el que lo creó pudo controlarlos. Siguen lejos del poder por estar vivos los rencores.
El pueblo llano sufre y no asoma el cambio. Hace falta un arma más poderosa: la educación para vivir.
La gran victoria política está bien lejos, es la libertad de la fuerza de las leyes contra la violencia de la corrupción.
No se concibe que el alimento debe ser la gloria de haber sido un intachable servidor público.
Las enseñanzas del maestro muerto no se imponen sobre los vivos. Estos están aferrados a los vicios contra natura.
Si quieres estar con Dios ni te acerques a un partido políticos de intereses económicos.
No muestran el grado de fidelidad y de constancia de virtud que justifique la existencia de su ambición personal.
El único amor del político es el contenido del erario. Se es corrupto por el ejercicio de sus cualidades.
¡Qué sombríos son los hábitos del despolítico “poder, fuera poder”!
No sé quien escribió esta sentencia. Siento el dolor que impulsa. “Que duro es el pesar de ver la patria mancillada por sus hijos que permiten le profanen su nacionalismo”.
Los llamados legisladores están más allá de la Constitución y las leyes. Institucionalizaron el peculado.
Nuestro invitado de hoy es. Albert Einstein: “Solamente una vida dedicada a los demás merece ser vivida”.
Consérvese bueno…
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana