Otro gol para los libros de récord de su insaciable astro bastó para conseguir el miércoles la victoria 1-0 ante Marruecos, con lo que Portugal dio un paso firme para avanzar a la segunda ronda de la Copa del Mundo y de paso decretó la eliminación del equipo del norte de África.
El cuarto tanto de Cristiano en Rusia dejó al campeón de Europa con cuatro puntos en dos partidos. Los lusos son dueños de su destino de cara al duelo contra Irán, para cerrar su calendario en el Grupo B.
Con la complicidad de una displicente marca rival, Cristiano convirtió de cabeza a los cuatro minutos para establecer una diferencia que no se movió más, pese al tesón marroquí.
Marruecos, que no acudía a un Mundial desde 1998, se convirtió en el primer conjunto en quedar fuera de carrera en Rusia, y se puede argumentar que de las 32 selecciones participantes ninguna ha tenido peor rédito pese a jugar tan atractivamente.
Un gol en contra en el último aliento significó la derrota ante Irán en el debut para el equipo de Herve Renard, que ahora tropezó con el momento de gracia del cinco veces ganador del Balón de Oro.
Y ahí estuvo la diferencia, un equipo en un soleado y agradable día en la cancha del estadio Luzhniki sí tenía un depredador en el área.
Fue lo que hizo Cristiano en la primera oportunidad que se la presentó.
De un córner en corto, Joao Moutinho colgó el centro desde la derecha. El delantero del Real Madrid esquivó a Manuel Da Costa, el hombre que le vigilaba, y se lanzó de palomita para definir.
Autor de una tripleta en el empate 3-3 contra España en la primera fecha, Cristiano, de 33 años, quedó como el máximo goleador europeo de la historia en selecciones. Su tanto número 85 con Portugal le permitió dejar atrás a la leyenda húngara Ferenc Puskas. Por delante suyo en la tabla mundial, solo queda el iraní Ali Daei con 109 tantos.
Marruecos reaccionó bien tras el zarpazo inicial. Su volante Sofyan Amrabat fue por lejos su mejor obrero con sus desbordes por la banda derecha, desquiciando toda la tarde al zaguero Raphael Guerreiro.
Aparte de eso, Portugal nunca se sintió hostigado en demasía, más se sentía a gusto con el trámite del encuentro, replegado en el fondo para dar rienda suelta a su recurso predilecto: el contragolpe.
No fue hasta los 56 que Marruecos dispuso de su mejor ocasión, abortada por el arquero portugués Rui Patricio con una notable atajada para repeler el cabezazo picado de Younes Belhanda desde 10 metros tras un tiro libre.
Así se resumió la frustración marroquí, un equipo que en todo momento ha dejado buena imagen, pero inoperante o falto de suerte en la definición.
Y descuidado atrás, en momentos clave.
En cambio, Portugal puede persignarse de aquí hasta el infinito con Cristiano, ahora sí pletórico en la cita máxima del fútbol. La cuenta de goles del nacido en Madeira supera el acumulado que tenía en sus tres participaciones previas en los campeonatos del mundo.