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LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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La Dirección General de Comunicación, o como sus forjadores le han querido llamar, “la Factoría”, (DICOM), es un esfuerzo de comunicación nunca antes visto en la historia de los gobiernos dominicanos que debemos preservar con su mística, filosofía y perfil gubernamental.

Pese al lodo que algunos comunicadores y políticos han querido lanzar contra la DICOM, no será posible hacer que ese proyecto comunicacional fracase, porque sería lo mismo que provocar la quiebra de cientos de pequeños productores y empresarios de la comunicación que dependen fundamentalmente del respaldo publicitario que reciben de esa institución.

Recientemente asistí a un evento en el Palacio Nacional en el que pude constatar la presencia de cientos de estos hombres y mujeres, que sin tomar en cuenta su procedencia económica, religiosa, política o cultural, han sido beneficiados con las pautas publicitarias que mantiene la DICOM en todo el territorio nacional.

Los encuentros promovidos por el licenciado Roberto Rodríguez Marchena y su equipo de trabajo, lejos de promover y dar a conocer las campañas que desarrolla el gobierno del presidente Danilo Medina, en cada una de las provincias y regiones del país en que ejecuta diversos proyectos, también han tenido como finalidad mantener un acercamiento con los directores de medios digitales y los productores de programas de radio y televisión, sin importar el nivel de los mismos.

La demostración que a través de esta modalidad de contactos que mantiene la DICOM con los periodistas y comunicadores del país, es la más fehaciente evidencia de  democratización de la comunicación que promueve el gobierno sin que quepa la menor duda de discriminación contra productores  o gestores comunicacionales que hayan emprendido proyectos en el área que propendan a informar a la población dominicana.

En los 20 años que llevo como productor de televisión independiente nunca y en ningún gobierno de los que ha tenido el país había podido ser favorecido con la consecución de un contrato de publicidad en la presidencia de la Republica y esa misma experiencia la he escuchado de productores que tienen ese tiempo o más en la pantalla chica y la radio nacional.

Entendemos que quienes la han emprendido contra la DICOM, porque mantiene el respaldo tanto a las principales empresas de comunicaciones,  así como a los pequeños productores y empresarios de la comunicación del país, se encuentran totalmente equivocados, porque con su campaña lo único que pudieran es provocar la salida del aire de varios espacios de radio y televisión y por lo tanto afectar el sustento de cientos de periodistas y comunicadores a nivel nacional.

El presupuesto que el gobierno ha creado a través de la Dirección General de Comunicaciones para difundir sus ejecutorias en toda la geografía nacional, no es un regalo que hace a quienes dirigen medios de comunicación digitales, ni mucho menos a los productores y conductores de programas de radio y televisión, sino que paga un servicio mediante el cual se beneficia a través de la difusión de esos canales.

Es importante destacar que en este tipo de negociaciones quien siempre ha salido ganado  ha sido la DICOM, porque en la mayoría de ocasiones las contrataciones que se hacen es por un tiempo de cuñas limitadas de 30 segundos y los anuncios que se envían a cada medio de difusión sobrepasa los 60 segundos de realización, lo que significa que solo por ese concepto quienes colocan la publicidad gubernamental le generan un doble beneficio al Estado.

En definitiva, ese proceso de democratización en la colocación publicitaria que se ha implementado en la  gestión gubernamental del presidente Danilo Medina y ejecutada por el licenciado Roberto Rodríguez Marchena y su equipo, tiene sus aliados en todo el territorio nacional y quienes atenten contra ese modelo de seguro que se echaran en contra muchos  periodistas y comunicadores, así como a los familiares de estos que se benefician de las colocaciones publicitarias, ahora más que nunca que ha mermado considerablemente la publicidad privada en nuestros medios de comunicación.

Las personas o partidos políticos que no entiendan esa realidad, seguirán y estarán permanentemente equivocados porque la mejor paga que puede recibir un periodista o comunicador, siempre dependerá de la publicidad fundamentalmente directa como la que provee DICOM y otras instituciones del Estado a quienes difunden sus mensajes.

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