Para muchos una taza de café bien cargado es lo que termina por despertarlos y ponerlos en acción, y mientras se tenga control sobre la cantidad que se ingiere no hay ningún problema.
Sin embargo, se ha descubierto excederse de una taza de café al día, en lo posterior podría reducir una parte del cerebro que es la que controla los patrones de sueño.
Los escáneres cerebrales llevados a cabo por investigadores de la Universidad de Seúl, en Corea del Sur, encontraron que los consumidores de moderados a fuertes, es decir los que bebían dos tazas al día durante 30 años o más, tenían glándulas pineales más pequeñas que aquellos que rara vez bebían café.
Dicha glándula es un órgano del tamaño de una arveja en medio del cerebro que libera una hormona llamada melatonina cuando es hora de que el cuerpo descanse y duerma, y que aumenta su producción en la oscuridad.
Los científicos estudiaron a 162 hombres y mujeres sanos ancianos, les preguntaron cuánto café bebieron y cuánto durmieron. Descubrieron que los amantes del café tenían glándulas pineales 20% más pequeñas que los que no la bebían. (F)