Un poderoso terremoto azotó la tarde del martes la costa de Venezuela, sacudiendo edificios hasta la vecina Colombia, afectando algunas estructuras en Caracas y sembrando pánico en las calles, pero sin provocar víctimas.
El sismo de magnitud 7,3 se sintió hasta en islas caribeñas cercanas como Trinidad y Tobago, que en algunas zonas se quedó sin servicio eléctrico, y Santa Lucía. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés) dijo que el epicentro fue 21 kilómetros al noroeste de la localidad Yaguaraparo, en el estado Sucre, una zona de comunidades pesqueras pobres.
“Lo sentimos más de dos minutos, nos mareamos muchísimo, las lámparas se movieron, pero no hay daños en las zonas cercanas”, dijo Rosymer Rodríguez, una periodista de la ciudad oriental de Cumaná, capital de Sucre. “Todavía hay gente en las calles, hay gente que está preparando bolsos por si acaso hay una réplica”.
Las autoridades dijeron que el sismo provocó algunas afectaciones en edificios de la nación petrolera, que atraviesa una severa crisis económica. Un emblemático rascacielos de 45 pisos abandonado de la capital, conocido como la Torre de David, quedó inclinado en sus últimos cinco pisos, según el gobierno.
“Hasta la fecha no hay pérdidas humanas, ni lesionados”, dijo el ministro del Interior, Néstor Reverol, a la televisión estatal. “Hay algunas fallas estructurales en algunas edificaciones que los funcionarios expertos de protección civil y bomberos (…) están haciendo todas las evaluaciones”.
La petrolera estatal venezolana, PDVSA, dijo que sus refinerías y operaciones en la Faja del Orinoco -la región productora más importante del país- no habían sufrido daños por el sismo, según dos fuentes de la empresa.
PÁNICO
En Caracas, el temblor provocó alarma en la población y la evacuación en edificios, pero ningún daño visible de acuerdo con testigos de Reuters.
Sin embargo, la geofísica del USGS Jessica Turner no descartó que haya afectaciones en las poblaciones más cercanas al epicentro porque allí hay muchas estructuras “vulnerables”, a pesar de que la profundidad del sismo de 123 kilómetros ayudó a que la tierra absorbiera parte de la energía.
A poco más de un centenar de kilómetros del epicentro, en la localidad de Cariaco, también en el estado Sucre, tampoco se reportaban daños grandes.
“Hubo personas que se marearon. La gente está muy tensa y se encuentra a las afueras de sus casas, cerraron las bombonas de gas por prevención”, dijo Estelin Kristen, que encabeza una ONG en Sucre.
En esa ciudad, en julio de 1997, un terremoto de magnitud 7 cobró 73 vidas.
El gobernador de ese estado, Edwin Rojas, dijo a la televisión estatal que la situación estaba en calma y que no hay afectaciones graves ni víctimas.
A menos de 40 kilómetros del epicentro, en la localidad de Irapa, hasta el mar se agitó, según testigos.
“Comenzó lento, después mas fuerte”, dijo Maglys García, una ama de casa en sus cincuentas que reside en la zona. “El mar se alborotó todo, hacía como burbujas (…), fue demasiado feo”.
El sismo generó miedo hasta en la capital colombiana, Bogotá, donde se evacuaron los edificios del norte y el centro de la ciudad.
“Fue un temblor muy fuerte y prologando. El edificio se remeció de lado a lado, y tuvimos que evacuar por las escaleras a la calle. Fue un momento de pánico, pensamos lo peor”, dijo Jimena Valencia, una administradora de 29 años.