En los últimos días se ha activado una tendencia para reconocer como mejor debutante al japonés Shohei Ohtani, de Angelinos de Los Ángeles, sobre todo por su rara dualidad de lanzar y batear.
Pero como pitcher duró menos que un merengue en la puerta de un colegio y deberá operarse el codo después de la temporada.
Y como bateador, si bien puso buenos números, no llegan a los conseguidos por el antesalista de los Yankees de Nueva York, aparte de haber actuado en muy pocos juegos y siempre como designado.
Para despejar cualquier duda posible, Andújar cerró fuerte el calendario regular y quedó listo para la postemporada, etapa en la que están hoy los Yankees, gracias en gran medida a él.
Porque cuando Aaron Judge se lesionó y Giancarlo Stanton entró en una de sus habituales malas rachas, el jovencito quisqueyano cargó sobre sus hombros el peso ofensivo del equipo.
Entre el domingo 23 y el sábado 29 de septiembre, Andújar solidificó sus estadísticas, al disparar nueve hits en 30 turnos, para average de .300, con cuatro carreras anotadas y ocho impulsadas.
Seis de sus nueve imparables fueron extrabases, cuatro dobletes y dos cuadrangulares, para un slugging de .633.
Antes de la jornada del domingo, en la que los Yankees concluirían su temporada, Andújar coleccionaba promedio de bateo de .296 con 27 jonrones y 92 remolcadas, defendiendo la antesala de los de New York en 149 partidos, números que fueron vitales en la lucha por la postemporada para su equipo.