Que el cigarrillo mata es una de las verdades universales más repetidas en el gremio médico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) le pone cifra, incluso, a ese hábito nocivo y asegura que está detrás de más de siete millones de decesos al año en todo el mundo. Pero hay una práctica peor, según sugiere un gigantesco estudio publicado hace poco: no hacer ejercicio. Un tema muy pertinente para los colombianos.
Y si bien están documentados los efectos del sedentarismo –como el sobrepeso, la obesidad y la propensión a enfermedades cardiovasculares– y se sabe que hacer ejercicio ayuda a vivir más tiempo, suena fuerte la conclusión de la investigación publicada el pasado 19 de octubre en el ‘Journal of the American Medical Association’ (Jama) Network Open.
En esencia, se señala que la ausencia de actividad física es peor para la salud que el tabaquismo, la diabetes y las enfermedades cardiacas. O como quien dice, no hacer nada es peor que tener hábitos de vida poco saludables.
De hecho, para Wael Jaber, cardiólogo y autor principal del estudio, los resultados, que calificó como los más objetivos hasta el momento, fueron “extremadamente sorprendentes”.
En concreto, la metodología del estudio revisó retrospectivamente los resultados de pruebas de esfuerzo aeróbico a las que se sometieron 122.007 pacientes (entre 53 y 72 años) de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, del primero de enero de 1991 al 31 de diciembre del 2014. Dichas pruebas buscaban medir la capacidad cardiorrespiratoria y la mortalidad por todas las causas relacionadas con el ejercicio y la condición física.
Una vida más larga
El estudio no solo encontró que no hay riesgo alguno para las personas que hacen grandes cantidades de ejercicio, pues la buena condición física se relacionó con una mayor longevidad, sino que los beneficios en salud se evidenciaron en todas las edades en mujeres y en hombres. En el grupo de mayores de 70 años con hipertensión, los altos niveles de aptitud aeróbica fueron particularmente beneficiosos para las personas.
Sin embargo, al comparar estas conclusiones con los grupos que obtuvieron peores resultados en las pruebas de esfuerzo físico, se halló que quienes mostraron una capacidad cardiorrespiratoria reducida –aquellos que no están acostumbrados a hacer ejercicio– tenían un aumento en la mortalidad por todas las causas, incluso por encima de otros con factores de riesgo clínicos tradicionales como tabaquismo, enfermedad arterial coronaria y diabetes.
Para Jaber, una de las conclusiones de esta investigación es comunicar la relevancia que tiene la actividad física para la vida y, en el sentido opuesto, la ausencia de ella como un factor de riesgo que muchas veces pasa inadvertido.
“Estos hallazgos no solo refuerzan la gran cantidad de evidencia colectiva que correlaciona la aptitud aeróbica con numerosos beneficios para la salud, sino que también ilustra la importancia de la aptitud aeróbica como un indicador poderoso y modificable de la mortalidad a largo plazo”, menciona el artículo publicado.
Los autores insisten en que los profesionales de la salud deben alentar a los pacientes a alcanzar y mantener altos niveles de actividad física, teniendo en cuenta que es un factor que se puede modificar.
¿Y en realidad es así?
En realidad, aquella premisa de que el sedentarismo mata más que el cigarrillo no es nueva y ha sido caballo de batalla en temas de salud pública desde hace algún tiempo. ¿Pero es así? ¿Debería preocuparse más la gente por la falta de actividad física que por el cigarrillo?