Las cinco grandes multinacionales del consumo (Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Coca-Cola y Unilever) han dado marcha atrás y suspenden el sistema de etiquetado por colores que habían diseñado para informar sobre los valores nutricionales de los productos y que tenían previsto implementar en algunos países europeos antes de finales de año. Han tomado esta medida ante la «falta de una definición armonizada a nivel europeo de los tamaños de porción», según han anunciado en un comunicado conjunto.
El proyecto de estas compañías había recibido críticas de nutricionistas y asociaciones de consumidores por basar en porciones de consumo el análisis nutricional en el etiquetado y no en cantidades de 100 gramos. Dichas porciones variaban en función del alimento, lo que, sostenían algunos expertos, impedía la comparación entre alimentos. Eso sí, las pruebas de este etiquetado se continuarán realizando en bebidas, que ya siguen el sistema voluntario de semáforo de Reino Unido y de Irlanda, según han informado este martes las cinco multinacionales conjuntamente.
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Las cinco compañías continuarán pidiendo el establecimiento de un sistema de etiquetado interpretativo en el frontal del envase que sea ampliamente apoyado en la Unión Europea y expresan su disposición a contribuir en este proceso. Este sistema de etiquetado señala la cantidad de grasas, grasas saturadas, azúcares y sales de cada producto. Y lo hace con el color verde, ámbar y rojo en función de que sea alta baja o media. Este método, defienden las compañías, permite que el consumidor esté más informado y sea consciente del producto que elige.
Las cinco multinacionales entienden que la falta de una definición armonizada en Europa de los tamaños de porción «ha conducido a una insuficiente comprensión y apoyo al sistema propuesto». En el caso de las bebidas las pruebas de etiquetado por colores se mantienen porque, dicen, no se consumen en porciones menores a los 100 mililitros. «El debate acerca de reflejar tamaños de porción más pequeños en el etiquetado no aplica en este caso», precisan.
Tras suspender la introducción del semáforo nutricional, las compañías que lo promovieron piden a la Comisión Europea y los Estados miembros emprender los pasos necesarios para la armonización del etiquetado de los alimentos y de los tamaños de porción más pequeños basados en el consumo real.