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Meditabundo: Cosas de nuestra senectud

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Luche, luche… todo lo posible por ser abogado. Hoy por lo vivido comprendo que ese no era el plan de Dios conmigo. Feliz estoy al estar convencido que Dios siempre, siempre ha estado en mi vida e hizo lo que él sabía lo que era mi naturaleza espiritual y lo adecuado, mejor para la transitoria estadía. Me siento bendecido. Nunca he estado solo. Gracias mi Dios… estoy viviendo lo que la naturaleza me tiene destinado.

La educación moderna materialista perjudica la sociedad en todo. El hombre pierde el control de la medida. No palpa los límites de adquirir dinero y actúa impulsado por la avaricia de no pensar en lo que tiene, si no en lo que más quiere y llega el momento que él no tiene nada. La riqueza lo tiene a él, es su propietario, al final lo deja todo y lo disfruta por lo regular el que hizo por la riqueza.

El materialista es un enfermo, está atrapado y no tiene la manera de ser feliz. Como le sucedió al joven que quiso seguir a Jesús, pero tenía que dejar su riqueza y prefirió seguir con sus bienes y perder su vida en felicidad con Jesús.

Concluyo invitando a Jacinto Benavente: “El dinero, usted lo sabe, es como el agua, por muy limpio que sea su origen, al correr pasa por muchos lodazales y no llega siempre limpio a nuestras manos. Cuando se manejan intereses, no está siempre con la conciencia tranquila”. “La educación de Terencio nos dice”. “El desprecio del dinero en un momento dado es a veces el mejor procedimiento para ganarlo abundantemente”.

Consérvese bueno.

El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana

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