Vivir obstinadamente e inteligencia en servir a los demás. Pero se dedica en obtener riquezas, pero, no se ha esforzado en nada para superarse en lo espiritual. La mente inquieta va de un lugar a otro y no busca la manera de acercarse a la ley natural. La superior de su creación, la intranquilidad es por naturaleza, hay que detenerse, meditar en el propósito de la vida, pasos en hermandad donde la vida es alegría, fraternidad. En su amor del hombre por el hombre hermano.
La inteligencia dedicada a lo desconocido, rige por el espacio, llegan a la luna, diversidad de diferentes satélites, cohetería para destruir la humanidad. Constante guerra fría entre potencias. Una locura, pura desconfianza. Si todo el dinero gastado se invirtiese en la búsqueda de la armonía, abrazo mundial en hermandad entre todas razones el mundo sería una justicia en Dios. No existiría el terrorismo, muerte en Mosa inmolación humana asesina.
Todo este mal vivir nos dice que faltan lideres hijos de Dios, hermanos de hermanos. ¿Por qué el hombre en el poder está de espalda a la ley de hermandad universal, Amar al prójimo como a ti mismo? Hoy ninguna parte del universo esta libre del terrorismo. El hombre fue plantado en la tierra para vivir en el amor. No en el odio irracional. Se ha perdido la razón propósito de la hermandad. La humanidad debe estar integrada por una población en armonía, lo básico para el progreso, paz, el avance espiritual en la vida. La hermandad de los sistemas religiosos, todos en DIOS UNICO.
En este siglo XXI la humanidad ha fracasado. La vida es insegura ocasionado por el terrorismo y voracidad por el dinero. El hombre aumento la gran venganza de esta humanidad. Los grandes millonarios se parronean en su fastuosa relación, riqueza borracha en el materialismo. La vida es espiritual no material.
Escuchemos, pensemos al sentir de Neale Donald Walsch en sus meditaciones sobre conversaciones con Dios.
“El mundo necesitara muchas voces para declarar la palabra de la verdad y la reconciliación a tantos millones. El mundo necesita muchos corazones unidos en la obra del alma y preparados para realizar la obra de Dios. ¿Puedes afirmar honradamente que no eres consciente de ello?
Consérvense bueno.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
