México .- Con largas filas de hasta dos kilómetros de automóviles para adquirir combustibles los conductores pasan las noches en sus autos producto del cierre de cientos de estaciones de combustible, fruto de un plan del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, para combatir las redes de robo de combustibles creadas en las últimas décadas y en las que según el nuevo gobierno participan empleados de Pemex.
La estrategia implementada por de López Obrador fue cerrar las válvulas de al menos cuatro de los 13 oleoductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), con el objetivo evitar que las bandas de “huachicoleros” (ladrones de combustible) extrajeran gasolina de los ductos, sigan sus operaciones.
Pero este plan también afectado el suministro a diferentes ciudades como es el caso de: México, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro y Tamaulipas entre otras; aunque para abastecer el suministro el gobierno dispuso que el combustible sea enviado por camiones cisterna, pero la distribución no es insuficiente, debido a la gran demanda.
López Obrador reconoce que la estrategia contra el “huachicol” (combustible robado) genera problemas y molestias. Pero empieza a funcionar, Antes de aplicar el plan el promedio de robo era de 787 pipas al día. Ahora la cifra se redujo a 177 diarias asegura el presidente.
Indica que “Desde que iniciamos el plan se han robado 8.540 pipas menos. Si se colocaran las pipas una tras otra son como 80 kilómetros de pipas las que ya no se han robado”,Según el presidente, eso ha significado un ahorro de 2.500 millones de pesos (unos US$129 millones).
Según datos oficiales, el robo de combustibles le provoca al Estado unas pérdidas de 60.000 millones de pesos al año, unos US$3.000 millones de dólares.