En España se diagnostican alrededor de 32.825 nuevos cánceres de mama al año, según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que también indican que una de cada ocho mujeres sufrirá esta enfermedad a lo largo de su vida. Aunque se trata de la primera causa de mortalidad por cáncer entre la población femenina, si se detecta a tiempo, las posibilidades de curación en su etapa inicial son casi del 100%, afirman desde la AECC).
«Para tener unos pechos sanos hay que palparlos en casa», asegura Kristi Funk, cirujana oncológica de mama, en su nuevo libro Pechos: aprende a conocerlos (Urano, 2019). En este trabajo, la experta, que es la especialista que trató a Angelina Jolie cuando se sometió a una doble mastectomía para reducir las posibilidades de padecer este tipo de cáncer, aporta pautas para el cuidado de los senos y la prevención de esta enfermedad, que empiezan por el sencillo ejercicio de autoexploración.
Se trata de un procedimiento que se debe hacer una vez al mes: la semana después de la regla, momento en el que —explica— «tienen menos bultos, no están tan sensibles y dan menos lugar a confusiones», o el primer día de cada mes para las mujeres que ya no menstrúan. Estos son los pasos que hay que seguir.
Frente al espejo
Desnuda de cintura para arriba y delante de un espejo, hay que observar hasta el menor detalle de la forma, el tamaño y el contorno, buscando posibles alteraciones en la piel «como un engrosamiento, un enrojecimiento, hoyuelos, retracción o protuberancias». La experta explica que «los pezones tienen que apuntar en la misma dirección siempre, ya sea al frente, a la izquierda, a la derecha».
Aún frente al espejo, hay que colocar las manos sobre las caderas y empujar el cuerpo con ellas para flexional los músculos pectorales para observar si hay hendiduras o bultos extraños. Después, levantar las manos por encima de la cabeza para observar si hay algo fuera de lo normal en los pechos.
En la cama o en la ducha
Tumbada en la cama o de pie en la ducha («en la postura que resulte más cómoda», indica Funk) hay que pasar los dedos por encima de los pechos siguiendo alguno de estos movimientos: «1) de arriba a abajo, 2) de izquierda a derecha, 3) de forma concéntrica, trazando círculos como los de una diana, o 4) de manera radial, como los radios de una rueda. Sea cual sea el movimiento que elijas, los resultados serán los mismos; asegúrate solo de usar la misma técnica cada mes mientras tus dedos van memorizando sin darte cuenta el tejido de tus senos», dice la experta.
Con el brazo por encima de la cabeza
Estirando el brazo izquierdo por encima de la cabeza para que la piel quede lo más tersa posible, Funk indica que hay palpar el pecho con las yemas de los tres dedos centrales de la mano derecha: «Empezando por la axila, se deslizan los dedos hacia la parte superior externa del pecho, trazando pequeños círculos a su alrededor, hasta palparlo entero». Este paso hay que repetirlo tres veces, primero con poca presión, luego un poco más y una última vez más profunda. Al terminar con un pecho hay que realizar el mismo proceso con el otro.
Explorar los pezones
En el último paso toca apretar con suavidad el pezón izquierdo unos segundos para notar si hay algún cambio. «Es probable que salga una pequeña cantidad de líquido que siempre está presente en los conductos mamarios». Es normal que esto ocurra al presionarlos o estimularlos, pero «nunca debería suceder por sí solo», asegura la experta, que recomienda acudir al médico en el caso de que sea «acuoso o sanguinolento». Hay que repetir la acción con el derecho.