El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, se reunirá este jueves con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en momentos que aumenta la presión internacional sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Brasil y decenas de otras naciones han reconocido a Guaidó como el presidente interino de Venezuela, mientras Maduro enfrenta un cerco diplomático y sanciones a la vital industria petrolera estatal por parte de Estados Unidos.
El portavoz presidencial brasileño, Otavio Rego Barros, dijo que se trata de una “visita personal” del venezolano, quien también se reunirá con el canciller Ernesto Araújo.
La representante de Guaidó en Brasilia, María Teresa Belandria, quien llegó a ese país hace dos semanas y presentó credenciales de embajadora, había informado del encuentro más temprano en la jornada.
El diario venezolano El Nacional había reportado que Guaidó irá a varias naciones de la región para hablar sobre la crisis en su país.
El gobierno brasileño, en un esfuerzo encabezado por Araújo, participó en la operación de ayuda humanitaria impulsada por Estados Unidos, acumulando 200 toneladas de alimentos y medicinas en la ciudad norteña de Boa Vista, cerca a la zona limítrofe con Venezuela.
En la frontera entre ambos países el fin de semana hubo incidentes entre manifestantes opositores y fuerzas de seguridad venezolanas, que dispararon gases lacrimógenos y balas de goma cuando se intentaba cruzar la ayuda en camiones.
La secretaría de Salud de estado brasileño de Roraima informó que un joven indígena venezolano de 24 años, que estaba siendo atendido en esa región, falleció el jueves, lo que sube a cinco el número de víctimas fatales registradas durante las protestas del 22 y 23 de febrero, todos cerca de la frontera con Brasil.
Maduro niega que en el país petrolero haya una crisis humanitaria, a pesar de la profunda crisis económica, la escasez de alimentos y medicinas y el deterioro de los servicios públicos que ha llevado a millones a emigrar de la nación.
La oposición calcula que se necesitan unos 8.000 millones de dólares anuales para financiar 12 programas sociales dirigidos unas 12,4 millones de personas en pobreza extrema, dijo en un foro el miércoles Pedro España, del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica.
“TERRENO COMÚN”
En Ginebra, el canciller venezolano Jorge Arreaza reiteró ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que Washington está intentando derrocar a Maduro y que su país perdió 30.000 millones de dólares en activos “confiscados” desde noviembre de 2017.
Y dijo que los presidentes Maduro y el estadounidense Donald Trump deberían reunirse para encontrar “terreno común”.
En la misma reunión, Colombia pidió tomar medidas para poner fin a la grave situación de escasez en Venezuela.
“El fin de semana pasado, el mundo vio directamente que el régimen terrorista, cuya principal característica es la violación de los derechos humanos, quemó alimentos y medicinas destinadas a personas hambrientas y famélicas en Venezuela”, dijo Francisco Barbosa Delgado, consejero de derechos humanos del presidente colombiano Iván Duque.
Estados Unidos además solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU que vote un proyecto de resolución que exija elecciones presidenciales libres y justas en Venezuela y la entrega sin trabas de ayuda humanitaria, dijeron diplomáticos, que destacaron que es probable que Rusia ejerza su opción de veto.
La agencia de noticias RIA informó el miércoles que la vicepresidente de Venezuela Delcy Rodríguez se reunirá el viernes en Moscú con el canciller ruso, Sergei Lavrov.
La perspectiva de una eventual salida de Maduro del poder es un dolor de cabeza para Moscú, que junto con Pekín, se ha convertido en un acreedor de último recurso para Caracas.