El agobio por el acné adolescente y juvenil no solo se refleja con los centenares de miles de visualizaciones de los vídeos, sino con los comentarios desesperados que escriben las personas afectadas por esta plaga de bultos o por las cicatrices más o menos profundas que afean nuestra estética ante los demás, en una sociedad cada vez más influenciada por la imagen personal.
El acné es una enfermedad de la unidad pilosebácea, cada folículo de pelo y su glándula de sebo, que afecta al 85% de l@s jóvenes. Son granos de 2 a 3 milímetros de diámetro en forma de comedones abiertos -puntos negros-, de comedones cerrados -bultitos de grasa bajo la piel-, de pápulas -sin pus-, pústulas -espinillas-, nódulos -durezas- o quistes -lesiones redondas del color de la piel con sustancias que pueden ser malolientes-.
¿Y por qué brota el acné?… La mayor producción de hormonas conlleva un aumento en la cantidad de sebo y este sebo se sobreinfecta secundariamente iniciando el proceso inflamatorio que desemboca en la formación de las lesiones de acné. Su intensidad varía de un paciente a otro y encontramos jóvenes que solo presentan unos pocos comedones y otros que llegan a tener quistes y nódulos.
“Hacen su aparición en torno a los trece años de edad en las mujeres y hacia los quince en los varones. Es una etapa de la vida donde todo lo que afecta al estado físico, a la imagen personal, tiene un gran impacto emocional, conllevando pérdida de autoestima y dificultad en las relaciones sociales, cuando no en sus estudios y aficiones”, atestigua el doctor López Bran.
“Los tratamientos actuales permitieron mejorar mucho la situación clínica de María, que evidentemente no tenía las secuelas en su piel de otras muchas personas con cicatrices mucho más profundas”, destaca el dermatólogo.
“En otras ocasiones, cuando las cicatrices son más profundas, cuando la depresión que ha dejado el acné en la piel del rostro es más intensa, y además afecta a una zona amplia de la piel de su cara, podremos minimizar o mejorar el aspecto general del conjunto de las cicatrices, pero lamentablemente, en el momento actual, no se podrán eliminar totalmente”, aclara el doctor Eduardo López Bran.
Rostro femenino con acné profundo.
“La eliminación de las cicatrices dependerá del grado de inflamación que tuvo el o la paciente cuando padeció el acné. Si la inflamación afecta a las capas más profundas de la piel no será posible eliminar las cicatrices, ya que los tratamientos más vanguardistas se basan en la eliminación de las capas superficiales de la piel, para que, a expensas de las capas más profundas, tenga lugar la regeneración espontánea, sin lesiones o cicatrices en las zonas afectadas”, explica el doctor. Fotografía de Imema.
El problema de las cicatrices que genera el acné adolescente, que tanto marca esa etapa de la vida con granos, se puede mejorar bastante:
“El aspecto estético y, consecuentemente, su afectación psicológica en millones y millones de personas jóvenes y adultas, está en manos de la prevención, de la investigación y de las manos amigas de la dermatología”, concluye el galeno.
La prevención diaria del acné
Para no propiciar los diferentes tipos de comedones, bultos y espinillas, así como sus cicatrices posteriores, prevenir el acné es un tratamiento bastante eficaz a la hora de impedir el desarrollo desbocado de los granos:
Limpiar la cara al menos dos veces al día, sin frotar a la hora de secar.
No hay que abusar de alimentos y bebidas, como las grasas, la bollería, el alcohol, los chocolates, los frutos secos, los quesos fuertes o los mariscos.
Se debe evitar el contacto del pelo con la piel de la cara.
No se recomiendan las melenas largas ni el flequillo.
Tampoco usar cualquier cosmético, incluidos los suavizantes del pelo que contengan aceites o grasas. Y mucho ojo a las cremas solares grasas.
No hay que manipular los granos, causa frecuente de complicaciones.
Hay que huir del estrés.
Hay que dormir un mínimo de ocho horas.
Hay que practicar deporte, mejor al aire libre.
Debemos visitar periódicamente al dermatólogo.