En esta Semana Santa, elevemos nuestras plegarias para que nuestra conciencia cívica pueda crear las normas que nos fortalecen y nos permite entrar en armonía con nuestro ser interior, para que como ciudadanos comprometidos logremos el progreso, convirtiendo así nuestro diario vivir en una norma que bajo la fe divina se convierta en versos de ese único poema que es la convivencia en paz y amor.
Los invito a la reflexión sobre la vida ejemplar de Jesucristo. En esos últimos días de Jesús en la tierra, los cuales estuvieron rodeados de grandes pruebas y dificultades, la mayoría más fuertes de lo que cualquier ser humano creería poder ser capaz de soportar.
Llamar a la reflexión durante la Semana Santa, es un acto de responsabilidad de cada dominicano. Estamos obligados a evaluar de manera sería nuestro comportamiento y desempeño para con nuestros semejantes.
Deberes que le son propios a los responsables que tienen en sus manos el manejo del estado dominicano.
Reflexionar sobre el estado de cosas que en la actualidad atraviesa la sociedad dominicana, podemos decirlo y elevando una plegaria a Jesús, pues nuestros hermanos están pasando por momentos difíciles que nos impiden vivir en paz. En este cuadro de cosas todos nos preguntamos; Porqué de tanta violencia, porqué la falta de oportunidades, ¿Por qué no hemos podido controlar los actos de corrupción en la esfera del estado Dominicano?, pero peor aún fruto a la inseguridad ciudadana, existe una gran falta de respeto a la dignidad de personas y a la vida.
Los dominicanos enfrentamos grandes desafíos sociales, económicos y jurídicos, casi todos causados por un grupo de políticos inescrupulosos, liderados por el gobierno de Danilo Medina y el PLD, quienes se han constituido en una corporación mafiosa y como Judas han traicionado el juramento que han hecho al pueblo. El de defender sus intereses y soberanía por encima de cualquier otro interés personal. Esos señores nos han vendido al mejor postor, sin importar las consecuencias que pudieran confrontar los Dominicanos. Esa es la Cruz donde se refleja la falta de oportunidades en nuestra sociedad; La miseria golpea con mayor fuerza a la clase más necesitada. Todo ante la mirada indiferente de un gobierno carente de principio cristianos, fundado en el bien común. El PLD ha podido encubar en sus entrañas a hombres y mujeres que solo miran el bienestar para unos pocos, mientras la gran mayoría tiene que ir a las calles a delinquir.
Nuestra gente buena y sacrificada no debe perder las esperanzas. Hoy más que nunca los dominicanos debemos buscar dentro de nosotros mismos, las fuerzas necesarias y unidos todos como nacion, salir con valentía, elevar nuestras voces y vayamos todos al rescate de la Patria.
Al reflexionar en esta Semana Mayor, estaremos obligados a inclinarnos para ver que: “Gritarán las piedras si estos callan, porque no se puede silenciar la verdad.”. Tomemos esta frase como guía y jamás callemos ante la injusticia, pobreza, el dolor y el abandono que padece el pueblo dominicano.
Una vida tan ejemplar como la de ese gran maestro Jesucristo, nos invita a la reflexión. El pueblo debe proponerse como meta, el lograr la unidad de los dominicanos que en verdad aman a su País, e ir en rescate de los valores que nos identifican como nacion.
Es hora de que los ciudadanos dominicanos dejemos a un lado el individualismo que nos caracteriza, pensemos más el bien común.
Debemos pensar que nos merecemos un cambio de gobierno que este de frente a la gente y asuma la responsabilidad de servir y no de servirse del pueblo.
Que Dios proteja y derrame sus bendiciones sobre nuestra República Dominicana. Feliz semana santa para todos.