El ejercicio físico en la vejez favorece la autonomía personal y ahorra costes, tanto a nivel personal como social, según un estudio realizado por investigadores austriacos sobre una muestra de más de 3.300 personas mayores de 65 años.
Las actividades cotidianas generalmente se dividen en ‘Actividades de la vida diaria’ y ‘Actividades instrumentales de la vida diaria’. Las primeras incluyen tareas repetitivas básicas como levantarse, lavarse, vestirse, comer, beber e ir al baño de forma independiente.
En tanto que las segundas se basan en hacer llamadas telefónicas, ir de compras, cocinar, hacer las tareas domésticas y administrar la casa, o realizar transferencias bancarias, detalla el portal Europa Press.
En este sentido, el trabajo, publicado en Wiener klinische Wochenschrift ha puesto de manifiesto que las personas mayores de 65 años que realizan ejercicio con mayor regularidad hacen frente a estas tareas de una forma más fácil e independiente durante más tiempo, tanto las actividades cotidianas como las más instrumentales.
Las recomendaciones son hacer ejercicios de fortalecimiento muscular, como sentadillas dos veces por semana, o más de 150 minutos a la semana de ejercicios de resistencia moderada, como caminar. (I)
