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Fortalecer músculos para vivir plenamente en la tercera edad

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¿De qué depende? “Sencillamente de la carga genética, esto es la herencia que recibimos de nuestros antepasados en los genes. De ahí la importancia de conocer nuestros antecedentes familiares para adoptar una serie de hábitos que nos permitan alcanzar un equilibrio físico, mental y social perdurable”, responde el geriatra Aldo Guevara.

Con él concuerda Nataniel Viunisky, médico experto en nutrición de Brasil, quien agrega que según la ciencia, el 30% depende de la genética y el 70% del estilo de vida.

El médico genetista Byron Sancan indica que la genética está vinculada con nuestras enfermedades y apariencia. “Todos los seres humanos tenemos dentro de nuestras células, nuestro genoma (conjunto de todos los genes heredados de nuestros padres), que nos hace seres únicos… y, por ende, cada uno puede estar predispuesto a determinadas enfermedades”.

En cuanto a la apariencia es clara la relación con la genética, según Sancan. “Los hijos tienden a heredar rasgos faciales y corporales de sus padres”, dice.

De acuerdo con Viunisky, una persona de la tercera edad debe comer seis veces al día y se basa en el 30% en proteína (carne, leche, huevos, animal y vegetal); 30% en grasa saludable (omega 3 y omega 6); y 40% carbohidratos sanos. “Las personas mayores tienen algunas dificultades alimentarias. Con el pasar de los años disminuimos la capacidad de visión, audición, también disminuimos la capacidad gustativa”, señala, y añade la importancia de comer cinco porciones de frutas y vegetales.

Se debe tener actividad física

Otro de los factores a tomar en cuenta para llegar saludable es la actividad física. Según el médico deportólogo Andrés Arce, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo relacionado con la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo; 7,7% en los países desarrollados). “Las personas que son insuficientemente activas tienen entre un 20 y un 30% de aumento de riesgo de mortalidad general (GRD 2010)”, comenta.

En ese contexto, Viunisky indica que el ejercicio físico es ideal que empiece en la niñez, de esta manera se llegará a la tercera edad con autonomía, es decir, con músculos. También reitera la importancia de la proteína desde temprana edad.

Señala que la Organización Mundial de la Salud recomienda 150 minutos de ejercicio a la semana. A esto apunta que para el envejecimiento saludable se deben considerar dos tipos de ejercicio: cardio, que favorece al corazón, y de fuerza, que beneficia a los músculos.

Para una población de 18 a 64 años, Arce sugiere ejercicios de resistencia cardiorrespiratoria, de fuerza y de flexibilidad. “La guía en su actividad física debe siempre estar acompañada de una evaluación médica deportológica. Luego de esa evaluación hay un engranaje de interconsultas de interespecialidades, para que pueda el sujeto desarrollarse en forma adecuada”, explica.

Además de tomar en cuenta la alimentación y la actividad física, Viunisky recalca la importancia de la vida social, entre la familia y amigos, y los suplementos (vitaminas, calcio, omega 3, óxido nítrico y colágeno). De este último hace una observación, que no sirven para minimizar nuestros malos hábitos. Otro punto a considerar en la tercera edad es el aprendizaje, por ello aconseja leer todos los días. “Me preocupa mucho la gente que se jubila. Se va a su casa, se pone la pijama y dice no tengo que hacer nada. En ese día la persona empieza a morir”, comenta.

Guevara expresa que cada persona envejece en forma distinta y durante el proceso puede haber diferentes patologías. Cita, como ejemplo, las cataratas, enfisema pulmonar, osteoporosis, demencia senil, cáncer, depresión, enfermedad vascular periférica, párkinson y temblor esencial, etcétera.

Viunisky refiere que el peor lugar para acumular grasa es alrededor de la cintura, pues genera una inflamación y, por ende, es la principal causa de infartos, derrames, demencia.

Por su parte, Arce señala que la artrosis actualmente se presenta a partir de los 25-28 años y que en muchos casos se da a consecuencia del sedentarismo. “El sedentarismo es una enfermedad que nadie la toma en cuenta, pero que está afectando muchísimo, en la segunda década de vida ya está presente”, asegura. Entre los tratamientos para la artrosis, según Arce, consta la movilidad, tanto para evitarla como para que una persona pueda continuar con sus actividades diarias.(F)

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