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El 96% de los españoles respira aire contaminado: «Revertir Madrid Central tendría consecuencias sanitarias»

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El informe La calidad del aire en el Estado español durante 2018 presentado este martes por Ecologistas en Acción revela que la población que respiró aire contaminado alcanzó los 14,9 millones de personas, es decir un 31,8% de toda la población. «En otras palabras, uno de cada tres españoles respiró un aire que incumple los estándares legales vigentes.

Esta situación supone no obstante un descenso de 2,6 millones de afectados respecto a 2017, y la cifra más baja desde el año 2011 en cuanto a incumplimiento legal», concluye el estudio. Estas cifran resultan de utilizar como referencia los valores límite y objetivo establecidos para los contaminantes principales citados por la Directiva 2008/50/ de la Comisión Europea y el Real Decreto 102/2011. Sin embargo, si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más estrictos que los límites legales (y más acordes con la protección de la salud), la población que respiró aire contaminado en España durante el año pasado se incrementa hasta los 45,2 millones de personas. Es decir, un 96,8% de la población.

«En otras palabras, la práctica totalidad de los españoles respiró un aire con niveles de contaminación superiores a los recomendados por la OMS. Esta situación supone un modesto descenso de 0,6 millones de afectados respecto a 2017, y se mantiene por encima de la incidencia en la década, salvo el año 2015», agrega el informe.

 El coordinador del inform, Miguel Ángel Ceballos, ha matizado que «lo que ha bajado en 2018 es el nivel de incumplimiento legal» pero esto no equivale a que la población esté respirando aire saludable porque, según explica, «los límites legales distan de los estándares saludables fijados por la OMS y no garantizan que la población respire aire que no afecte a su salud».

 La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde vive la mayor parte de la población, es el tráfico rodado. Mientras que en determinadas áreas fabriles y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón y petróleo son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire. En el resto de las áreas suburbanas y rurales el problema fundamental obedece a las transformaciones químicas de los contaminantes originales emitidos por el tráfico urbano y las industrias para formar otros secundarios como el ozono, «de manera que hoy en día no hay apenas territorios libres de contaminación atmosférica», señala el estudio, editado por Paco Segura.

Tras cuatro décadas de regulación legal, los contaminantes clásicos (partículas, NO2 y SO2 ) siguieron afectando a dos terceras partes de la población española (el 68,0%), concentrada en las principales ciudades, el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón de Andalucía, Aragón, Asturias, León y Galicia, o algunas zonas industriales como Avilés, la Bahía de Algeciras (Andalucía), Huelva, el Camp de Tarragona, el Valle de Escombreras (Murcia) o Puertollano (Castilla-La Mancha).

 Las áreas urbanas y/o portuarias de Avilés, Barcelona, A Coruña, Escombreras, Gijón, Granada, Madrid, Marbella, Puertollano, Tarragona y Villanueva del Arzobispo (Jaén) superaron todavía en 2018 los valores límite establecidos por la normativa vigente para alguno de estos contaminantes, según Ecologistas en Acción. Entre las conclusiones, el informe señala que «durante 2018 parece haberse recuperado la tendencia a una cierta reducción de los niveles de contaminación respecto a los valores alcanzados en 2008 y años anteriores», una reducción que fue debida más a «razones coyunturales (la crisis económica) que a la aplicación de medidas planificadas y orientadas a mejorar la mala calidad del aire», puntualiza.

Asimismo, añade que «las elevadas precipitaciones y la inestabilidad atmosférica han reducido los episodios de contaminación». 30.000 muertes al año La contaminación del aire es un asunto «muy grave», que causa más de 30.000 muertes prematuras en el Estado español, cada año, quince veces más que los accidentes de tráfico, según las cifras que maneja Ecologistas en Acción. «Con altibajos según el año considerado, las superaciones de los límites legales y de los valores recomendados por la OMS se vienen repitiendo de forma sistemática en los últimos años», lamentan. Este estudio calcula que los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan un 3,5% del PIB español. Aunque los cambios necesarios en los modos de producción y en el transporte implican importantes inversiones, los beneficios que estima superarían «entre 1,4 y 4,5 veces» a los costes.

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