Con Neymar en París y después de que los abogados del Barcelona y del futbolista intentaran en dos oportunidades llegar a un acuerdo de conciliación, este viernes ha comenzado el juicio entre el paulista y el club catalán en la Ciudad de la Justicia. Neymar ya había regresado a la capital francesa, después de haber pasado la noche con sus amigos en Barcelona. Los abogados de ambas partes estuvieron reunidos dos horas, se tomaron un descanso de una hora y volvieron a conversar. Sin embargo, no hubo acuerdo. El caso llega a los tribunales justo en un momento en el que el club había intentando este verano el regreso del delantero brasileño desde el PSG.
Tanto la llegada de Neymar al Barcelona como su salida ha acabado ante la justicia. De Santos a París, con escala en Barcelona siempre con ruido de por medio. En octubre de 2016, tres años después que se anunciara su fichaje, el club azulgrana celebró la renovación del contrato de Neymar hasta 2021. El sueldo del jugador aumentaba hasta rozar los 25 millones de euros —el segundo jugador mejor pagado tras Lionel Messi y el club se comprometía a abonar 40 millones más en concepto de prima de fichaje. Según explican fuentes de la negociación, esta prima de fichaje, que se utiliza como premio para determinados futbolistas por estirar su relación con la entidad, tributa como salario y contablemente se devenga año a año hasta el final del vínculo. El Barça abonó a Neymar 14 millones, recompensa por la temporada 2016-2017. Quedaban pendientes 26 más por los últimos cuatro años. El juicio ha arrancado este viernes con un intento fallido de conciliación. El club le reclama los 14 millones; el jugador, los 26.
En los servicios jurídicos del Barcelona entienden que cuando el club se compromete a pagar una prima de fichaje con un jugador que renueva su contrato es porque entienden que el futbolista se compromete a respetar su duración. Así pues, el Barça subraya que los 14 millones que pagó a Neymar como prima de fichaje por la temporada 2016-2017 pierden efecto desde el punto de vista de que el paulista decidió romper su vínculo menos de un año después de rubricar su nuevo contrato. Neymar, representado por su padre, cree lo contrario. Para el brasileño la prima de fichaje era un premio por renovar, independientemente de si decidiera o no cumplir con lo pactado.
Aunque el club estaba dispuesto a volver a fichar a Neymar, el pasado verano, no se ponen de acuerdo en cómo resolver el conflicto por la prima de fichaje, y el tema terminó en los juzgados. Cuando el Barcelona se enteró (a través de la prensa) de que Neymar tenía pensado dejar el club en el verano de 2017, depositó la cantidad correspondiente al curso 2017-2018 en una notaría. Una vez sellado su traspaso al PSG, el brasileño denunció al club ante la FIFA. Y el Barcelona hizo lo propio contra el futbolista por incumplimiento de contrato.
Cuando Neymar fichó por el Barcelona, en 2013, la entidad catalana anunció que el traspaso se había fijado en 57 millones, para después admitir que en realidad había costado 86. Una situación por la que el entonces presidente Sandro Rosell renunció a su cargo y por la que el club azulgrana asumió un doble delito fiscal y pactó con Hacienda pagar 5,5 millones.
El fichaje de Neymar comenzó en los tribunales y le costó el puesto a Rosell, su principal valedor. Y en los tribunales siguen ahora el brasileño y el Barça.