Las dominicanas empataron a cero con las locales de Trinidad y Tobago en el último partido para sumar ocho puntos en la clasificación y cerrar en el segundo puesto, dos unidades por debajo de San Cristóbal y Nieves, que acumuló 10 tantos para ganar el primer lugar y con él, el boleto al Preolímpico de CONCACAF del próximo año.
El juego fue bien reñido y de mucha calidad, ante un conjunto trinitario que partió como favorito a quedarse con el grupo, pero que llegó a la jornada final sin opciones, luego del triunfo de las sancristobaleñas a primera hora.
Por su parte, las quisqueyanas cumplieron de gran forma, con una presentación en líneas generales más que formidable. Las chicas dejaron al tricolor en el segundo lugar de un grupo en el que Trinidad y Tobago era el principal favorito por tradición futbolera y por la localía, mientras que San Kitts and Nevis siempre es un rival a tomar en cuenta.
Sin embargo, el onceno dominicano no perdió con ninguno de los candidatos e hizo los deberes al vencer a rivales directos como Aruba y Antigua y Barbuda. Pero el dato más relevante es que la República Dominicana no recibió goles en toda la competencia, lo que demuestra el nivel competitivo mostrado y la gallardía entregada por cada una de las seleccionadas que tuvieron la oportunidad de defender los colores del país.
En lo individual, también hay muchas cosas para rescatar, como el crecimiento de jugadoras como Dayari Balbuena que estuvo entre las goleadoras del torneo, Daphne Heyaime con su liderago dentro y fuera de la cancha, Jazlyn Oviedo con una pierna educada para disparar a puerta, o Denny Vargas con su voz de mando en la defensa, así como la guardameta Claudia Torres que mantuvo su vaya inmaculada, sólo por nombrar algunas de las guerreras que dejaron claro que Dominicana está creciendo futbolísticamente.
Otro de los aspectos positivos a resaltar es el trabajo del cuerpo técnico que dirige el panameño Kenneth Zseremeta, quien con poco tiempo de trabajo pudo explotar un altísimo rendimiento de las futbolistas.
