Como dominicano y lo vivido en nuestra larga travesía de 92 años, es natural que las actividades en la sociedad hayan cambiado, pero, lo que nos cuestiona es el cambio al mal, esos feminicidios, asesinatos, asaltos y lo natural de violar la Constitución, leyes y que la corrupción haya dominado a la diosa de la justicia haciéndola desaparecer sin asomo de regresar. Los grandes males, repito, me cuestionan ¿Dónde están las normal del pensar y vivir que se han dado a la humanidad? ¿Por qué se desobedece y actúa contrario a los buenos hábitos de la conducta? ¿Por qué no se acepta que todos tenemos derecho a la vida, libertad y felicidad? ¿Por qué Monseñor Francisco Osorio dijo: “Si el dominicano no despierta caerá en la dictadura”? Esto me pone más meditabundo y de tanto reflexionar llego a Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, nacido el 18 de enero de 1689, cerca de Burdeos, en el Castillo de Brede, Francia, y fue bautizado en brazos de un mendigo, su padre quiso que toda su vida recordara que todos los seres humanos son iguales y humanos.
“Los estados o son despóticos o tienden al despotismo y el despotismo solo se conserva con el miedo. Para que haya buen gobierno y estabilidad, es preciso adoptar la ley a ciertas condiciones de la vida social. Para ello es de suma importancia que sean independientes entre sí los poderes ejecutivo, legislativo y judicial como ocurre en Inglaterra (no en vano habían hecho ya en 1688 “su revolución” a través del espíritu del filósofo John Locke) y que se adopten las leyes al clima y al espíritu de la nación y la libertad se halla en países fríos y el despotismo en los cálidos”. Amable lector, lo que acabas de leer está en el tema: Estudio Especial del Espíritu de las Leyes, escrito por Montesquieu en su obra. El espíritu de las leyes.
Hoy los dejo meditando: nuestro pasadía en esta tierra del Juan Pablo Duarte olvidado, es para amar y no maltratar a nadie.
Consérvese bueno.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.