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El 35% de los menores entre ocho y 16 años tiene exceso de peso en España

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El 35% de los menores entre ocho y 16 años tienen exceso de peso en España y un 20,7% de ellos  sufren sobrepeso, y un 14,2% obesidad. Y esta última está íntimamente ligada a la clase social y al nivel socioeconómico. Esa es la unas principales conclusiones sobre España a las que ha llegado Unicef en el informe El estado mundial de la infancia 2019: alimentación y nutrición presentado este martes. Es una cifra recogida en el estudio Pasos (Actividad física, sedentarismo y obesidad en la juventud española, en sus siglas en inglés) que ha realizado Gasol Foundation y que ha colaborado estrechamente con Unicef para sus conclusiones anuales.

A mayor tasa de pobreza, mayor es el riesgo de sufrir sobrepeso en la etapa más temprana de la vida. Es menor, en concreto un 31,9%, entre los niños y niñas que asisten a un centro educativo en una zona que sufra pobreza relativa inferior al 10%. Para el siguiente rango de pobreza relativa —entre el 10% y el 15%— es ligeramente superior (32,3%), y la cifra alcanza hasta un 39,5% de niños y niñas con obesidad infantil donde la pobreza relativa está entre el 30% y el 40%.

«Los colectivos más vulnerables desconocen qué elementos están relacionados con la obesidad y tienen menos formación sobre la dieta y el estilo de vida que es más saludable», explica Nerea Martín Calvo, pediatra del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Obesidad y Nutrición [CIBEROBN]. “El nivel de educación es uno de los predictores de salud más importante”, añade Napoleón Pérez Farinós, de la facultad de Medicina de la Universidad de Málaga.

El estudio Pasos se ha realizado en 245 centros educativos de toda España — en 15 comunidades autónomas, sin incluir País Vasco y Navarra por falta de datos de pobreza relativa— en el que han participado un total de 3.803 niños y adolescentes entre los 8 y los 16 años y que han contestado a un cuestionario sobre su estilo de vida y actividad física. “Es una tendencia general que la obesidad se está cebando en los colectivos más pobres y vulnerables.

Por eso hay que buscar la manera de que haya políticas públicas en las que la actividad física y el deporte sea accesible para todos los niños, sean de la clase social que sean”, explica Gabriel González-Bueno, especialista en política de infancia del Comité Español de Unicef. “Además de las medidas específicas para luchar contra la obesidad, mejorar la educación de las personas en zonas de mayor vulnerabilidad es lo que más va a ayudar a mejorar su salud”, añade Pérez Farinós.

España se sitúa entre los países de la OCDE, junto con Grecia, Malta e Italia, con mayor porcentaje de sobrepeso infantil y adolescente, con un crecimiento sensible desde 1990, del 38% en el caso de España, según el estudio NCD Risk Factor Collaboration de 2017 también entre los datos de Unicef. «Es un problema que los países mediterráneos hayan abandonado su dieta tradicional. La alimentación puede condicionar la salud de un niño durante el resto de su vida», apunta González-Bueno.

Pero el aumento de la obesidad, considerada ya por los expertos como una epidemia, no es un caso aislado en España. Las tasas de sobrepeso en la población infantil y adolescente de 5 a 19 años se han multiplicado por 10 a nivel mundial desde 1975 hasta 2016. En 2016 había más de 340 millones de niños, niñas y adolescentes —de 5 a 19 años— con sobrepeso u obesidad. Si esta tendencia se mantiene, en 2022, la población infantil y adolescente con obesidad infantil superará la que tiene bajo peso para la edad en todo el mundo, según el informe de Unicef.

Limitar la publicidad y la venta de procesados

Anuncios con colores llamativos, personajes de dibujos animados o famosos. Esos son algunos ganchos que se utilizan habitualmente en la publicidad de la comida rápida y los alimentos procesados. «A los niños les enganchan los anuncios, además del sabor, que con estos niveles de azúcar son altamente adictivos. Prefieren estos productos a algo que se anuncie y sea verde, como la fruta o la verdura», explica la pediatra Martín Calvo. «Los niños son víctimas de las campañas más agresivas que relacionan estos alimentos incluso con juguetes, que hacen que la tentación de consumir estos productos sea mayor», corrobora González-Bueno, de Unicef.

Otra de las medidas con la que los dos expertos coinciden para combatir la obesidad infantil es la reducción de los azúcares añadidos, la sal y las grasas saturadas que contienen los procesados, como acordaron un grupo de 400 empresas del sector alimentario con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

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