“Las cuñas” tienen más peso que una ley en RD

Más específico no pudo ser el editorial publicado por el periódico Hoy de la fecha, titulado: Hágase la ley…y que funcione, donde detalla que a los vínculos con alguna alta jerarquía y la complacencia, se le tiene más respeto “institucional”, que a importantes leyes; porque “usted no sabe con quién está hablando”.

Y es que aquí, en República Dominicana, el peso de un vínculo con un funcionario es de toneladas. Anteriormente se usaba la famosa “tarjetica” del comandante amigo de la familia, pero ahora, ya en el año 2020, las “relaciones” con algún “lavaperros”, “pegao”, en el Gobierno, es necesario para que usted “haga lo que se le venga en gana”, desde pasarse una luz en rojo, hasta gestionar documentos, contratos y prebendas en la institución más alta del Estado.

Aquí la primera parte del editorial:

El propósito de los ordenamientos jurídicos, que incluye delimitar derechos entre ciudadanos y diversas relaciones con el Estado, no está claramente logrado porque regularmente las “cuñas” merecen más respeto “institucional” que leyes importantes. La forma de hacer política con vicios que sobreviven al paso del tiempo ha sido habitual fuente de concesiones y privilegios en desmedro de esquemas fundamentales. El “usted no sabe con quién está hablando” puede resultar un poderoso abracadabra ante el subalterno burocrático supuesto a velar por la vigencia de procedimientos y normativas de cualquier ámbito, frase que “invita” a liberarse de obligaciones éticas y que lo mismo haría caer en complacencias y flexibilidades (o en hacerse de la vista gorda) al policiíta de tránsito que al recaudador. Palabras que pueden neutralizar también al funcionario puesto allí para hacer valer la protección a parques nacionales. Las órdenes superiores que motorizan tráficos de influencia ponen fácilmente a retroceder al director departamental que hasta la llegada de las líneas bajadas tal vez prefería la fórmula ideal de mantener las nóminas y nominillas en tamaños regulares. El primo, el hermano, el cuñado u otro ser de vínculo extraoficial con alguna alta jerarquía hallaría por esa vía la forma expedita de ingresar sin racionalidad a la Administración Pública o al servicio diplomático, pésele a quien le pese. (HOY)

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