Si bien antes se consideraba al cerebro como estático, las investigaciones han demostrado que el cerebro es plástico, explica la doctora Rocío Santibáñez, neuróloga.
Esa neuroplasticidad permite crear nuevas conexiones neuronales que potencian la reserva cognitiva, todo lo que uno ha acumulado a lo largo de la vida por educación, cultura y conocimientos. “Mientras más reserva cognitiva tenga, dispondrá de más recursos para contrarrestar las fallas de memoria iniciales. Más conocimientos y más estímulos es igual a más conexiones cerebrales”.
Ejercicios hay muchos. Crucigramas, palabras cruzadas, laberintos, diferencias, imágenes ocultas, juegos de mesa, rimas… El doctor Aldo Guevara D’Aniello, geriatra y gerontólogo, indica que así se involucran los centros de memoria, atención, aprendizaje, asociación, “y se activan las comunicaciones entre neuronas, así como la secreción de neurotransmisores que son sustancias que le dan mayor vida o ‘frescura’ a las células del sistema nervioso central”.
Estilo de vida integral
Por supuesto, el ejercicio mental no es magia. “No es solo dedicar un tiempo de las 24 horas a esta actividad”, continúa el doctor Guevara. “Los cambios que deben acompañar a esos ejercicios son fundamentales”:
Dormir en horas adecuadas, de noche y no de día.
Llevar un ritmo diario con válvulas de escape que liberen de tensiones.
Caminar meditando por áreas verdes o agradables a la persona.
Dedicar un tiempo de la rutina a escuchar música orquestada, no cantada, o que esta sea fondo de las labores cotidianas.
Leer y comentar lo que se ha leído.
Saber escuchar y debatir.
En este punto, la doctora Santibáñez recalca que sea que se lea, se juegue o aprenda algo nuevo, lo importante es la diversidad y el entorno social. En otras palabras: comparta. “Si lee un articulo, libro o noticia y lo discute con alguien, da más resultado que leerlo solamente (si hablamos de estimulación cognitiva)”.
Prevención de deterioro grave
La estimulación cognitiva sirve, principalmente, como prevención o en casos de deterioro cognitivo leve. Santibáñez precisa que una vez establecido el deterioro como enfermedad, este tipo de ejercicios ya no funcionan. “Actualmente, todo está en prevenir e ir con el cerebro mejor preparado, por si nos toca desarrollar alzhéimer”:
Control de peso.
Ejercicio físico diario.
Control de presión arterial.
Control de glicemia y colesterol.
Buena hidratación.
Alimentación saludable, disminución de carnes rojas y aumento de vegetales.
Aprendizaje de cosas nuevas para elevar la reserva cognitiva.
Socializar siempre.
Desafíese constantemente
Si está buscando hacer un gran impacto en su cerebro, haga de la educación continua un hábito. Esta es la recomendación del Centro Chopra: desafíe una y otra vez a su cerebro, involucrándose en actividades y destrezas que sean totalmente nuevas.
Si le gusta tejer y podría hacerlo con los ojos cerrados, trate algo diametralmente opuesto, como vidrio soplado, hablar portugués, bailar salsa. Y si esas cosas son pan comido para usted, vaya por el sudoku o los rompecabezas. “Mientras más se aleje de sus rutinas habituales, mayor beneficio para su cerebro”.
Eso sí: si usted ama leer o jugar ajedrez, continúe con ellos. Solo no olvide separar tiempo para intentar algo nuevo. (D. V.).