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Por qué la lucha contra la polio es un éxito en todo el mundo pero no en Pakistán

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La enfermedad está erradicada en casi todos los países, salvo en uno, donde el número de casos ha vuelto a aumentar este año. Los enemigos de la vacunación difunden informaciones falsas

«Si seguimos así, no erradicaremos la polio», se lamentaba Oliver Rosenbauer, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con cierto tono de irritación en la voz.

Sin embargo, la verdad es que la lucha contra el virus de la poliomielitis, causante de la parálisis infantil, ha sido un éxito en todo el mundo. La enfermedad se ha erradicado prácticamente en todos los países excepto Pakistán y Afganistán. El año 2019 tenía que haberse convertido en el año de la victoria, el primero tras dos décadas y media de campañas y esfuerzos intensivos para deshacerse de esta dolencia vírica altamente contagiosa en los dos países asiáticos.

En la República Islámica de Pakistán las perspectivas eran buenas… hasta el 22 de abril de 2019. A partir de esa fecha se han declarado 91 nuevos casos, siete veces más que en 2018. La mayoría se registraron en Jaiber Pastunjuá, una provincia ultra conservadora del norte del país, fronteriza con Afganistán.

¿Qué ha pasado y por qué Pakistán no consigue librarse de la enfermedad?

Dos colaboradores de la campaña de vacunación junto al peaje de Karachi. También los niños que viajan en los autobuses de paso tienen que someterse a los controles para detectar el virus de la poliomielitis.

Dos colaboradores de la campaña de vacunación junto al peaje de Karachi. También los niños que viajan en los autobuses de paso tienen que someterse a los controles para detectar el virus de la poliomielitis. BAHZAD JAN

En abril de 2019 comenzaron por segunda vez en el año los llamados Días Nacionales de Vacunación (NID, por sus siglas en inglés) en el país. 260.000 colaboradores tenían la misión de vacunar a más de 37 millones de niños y bebés en todo Pakistán. Durante estas campañas, los vacunadores van de casa en casa para comprobar si hay niños y administrarles la inmunización por vía oral. Además, se puede vacunar a los pequeños en los centros de salud, las mezquitas y los hospitales.

Continuamente circulan rumores sobre los supuestos efectos negativos de la vacuna para el control de la natalidad de los musulmanes o calificándola de «veneno de los estadounidenses»

La mayoría de los colaboradores proceden de la misma región en la que realizan su tarea. Conocen las costumbres del sitio, han asistido a cursillos en los que se los ha preparado para su misión y han participado en simulaciones en las que han aprendido a tratar con los padres reacios.

Según informaba la pakistaní Tayaba Gul, el 22 de abril los vacunadores fueron además a los colegios y las madrasas —instituciones educativas islámicas tradicionales— de Jaiber Pastunjuá. Al cabo de un tiempo, varios niños de una de esas escuelas acudieron al hospital aquejados de diarrea, náuseas y dolor de cabeza, supuestamente a consecuencia de la vacuna.

Cuenta Gul que la noticia corrió como la pólvora, de resultas de lo cual otros padres también llevaron a sus hijos al hospital sin motivo. A las pocas horas aparecieron en Facebook noticias sobre los efectos nocivos de la vacuna de la poliomielitis que se fueron propagando cada vez más. Según Gul, las consecuencias se precipitaron. Los enemigos de la vacunación prendieron fuego a un consultorio médico, y una vacunadora y dos policías que acompañaban a los colaboradores en Jaiber Pastunjuá fueron asesinados.

A raíz de estos hechos, alrededor de 100.000 padres se negaron a que sus hijos recibiesen la vital vacuna y la campaña se interrumpió.

Sin embargo, Aziz Memon considera que la histeria no estaba justificada. Desde mediados de la década de 1990, Memon lidera el movimiento EndPolioNow (acabemos ya con la polio) en Pakistán. «En el pasado también hemos visto situaciones así», asegura. La diferencia es que esta vez los bulos se propagaron más deprisa por las redes sociales.

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