De no presentarse un informe respecto a lo ocurrido con el voto automatizado el pasado 16 de febrero, que provocó la suspensión de las elecciones municipales, no existen garantías de que el 15 de marzo puedan celebrarse nuevas elecciones.
A esa conclusión arribaron la politóloga Rosario Espinal y el director ejecutivo de Participación Ciudadana (PC), Carlos Pimentel, quienes, junto a Rafael Toribio, coordinador del Diálogo INTEC para la Acción (DIA), realizaron un análisis sobre las suspendidas elecciones municipales 2020.
“La suspensión o anulación de las elecciones pone de manifiesto dos cosas, una es el fracaso de la Junta Central Electoral (JCE) porque es el órgano que debió organizar un proceso y no pudo, y lo otro es que el voto automatizado queda sepultado en la República Dominicana y probablemente otros países que querían aplicarlo”, manifestó Pimentel, quien argumentó que sin garantías mínimas para las elecciones municipales de este 15 de marzo, no se puede garantizar que se efectúen elecciones presidenciales y congresuales el 30 de mayo.
“Marzo tiene que garantizar unas elecciones que sus resultados puedan tener un mínimo de confianza y legitimidad. Para garantizarlo se tiene que dar un conjunto de circunstancias sobre la mesa que permita que los resultados estén rodeados de esa confianza y credibilidad que la JCE ahora mismo no tiene”, planteó Pimentel.
El director ejecutivo de PC sostuvo que el 15 de marzo van a suceder dos cosas: o quedamos igual, mal con una crisis electoral, o se profundiza la crisis. Espinal, comparte la misma opinión y advirtió que habría otra crisis mayor a la actual después del proceso electoral municipal, debido principalmente a la falta de cooperación entre los partidos políticos.
Al hablar sobre el llamado a acuerdo que ha solicitado el empresariado, Espinal consideró que tras la suspensión de las elecciones municipales el país ha entrado en una situación de caos donde no hay certeza de nada. “Cuando a todos los actores les conviene el caos, no porque lo hayan planeado, sino por el transcurrir de los hechos ven que les favorece lo que está sucediendo, esos llamados de acuerdo se convierten en unos llamados vacíos”.
“La suspensión de las elecciones municipales marca el proceso electoral y paradójicamente le da una importancia que no tenía, porque este proceso se presentaba aburrido, inapetente, candidaturas problemáticas todas, por una razón o por otra, estas elecciones no tenían ningún elemento de intensidad, ese factor negativo le introdujo un dinamismo, una incertidumbre y un interés que no esperábamos”, dijo Espinal.
De su lado, Rafael Toribio, coordinador de DIA, indicó que la manifestación de los jóvenes debe interpretarse como una forma de participación y responsabilidad política, pero “si eso no se traduce en votos el día de las elecciones no pasa de haber sido un divertimento”, enfatizó.
Así mismo afirmó que el panorama político cambió drásticamente en las últimas semanas y lo que antes solo era posible ahora es más que probable.
En ese sentido, Espinal planteó que, a diferencia de la década de 1980, que las protestas eran populares, actualmente las manifestaciones las encabezan las capas medias que económicamente están bien, pero que consideran que el país no está a la altura de una democracia porque no puede garantizar un proceso electoral efectivo, porque no puede perseguir a los corruptos o no quiere, porque no hay Justicia, ni Ministerio Público…
Auditoría del sistema automatizado
El director ejecutivo de PC indicó que hasta el momento la JCE no ha hecho, ni hizo una auditoría del voto automatizado. “Aunque le llamen auditoría a lo que han hecho, el alcance no llega a tener esos componentes”, precisó.
Asimismo, recordó que varios partidos políticos estuvieron de acuerdo con la implementación del voto automatizado en los procesos de elecciones primarias.
Respecto a esta modalidad de elección, Rafael Toribio, pasado rector del INTEC, sentenció: “El voto automatizado fracasó y sus defensores pierden credibilidad. El voto automatizado ha muerto, no importa si haya sido una falla técnica o una injerencia humana. A nadie se le va a ocurrir, por lo menos en 50 años, hablar del voto automatizado”.
Toribio consideró que con las frustradas elecciones pasó la “teoría del tollo” en que la JCE consideró que podría resolver el problema y al final no pudieron hacerlo. El catedrático consideró que pudo haber negligencia en los controles de calidad, que fue aprovechada.