ESPN.- El Barcelona Fútbol Club logró su tercer empate en sus últimas cuatro jornadas. Este frente al Atlético de Madrid quienes igualaron el marcador a 2-2. Sin embargo, con todas las vicisitudes que pasa el conjunto azulgrana, Lionel Messi marcó su gol 700 de su carrera.
Un partido polémico por las decisiones arbitrales, el partido acabó por demostrar la realidad de un equipo herido y que da la impresión de no entender demasiado de las decisiones de su propio banquillo.
Existirá la opción, desde luego, de poner en el escenario las decisiones arbitrales… Y, también, existirá la realidad que, por encima de ellas, demuestra que el Barça está al final de un camino. Incapaz de revolucionarse por más que lo pretenda, no alcanza a dar ese paso al frente necesario.
Lo peor es contemplar como en seis jornadas desde que regresó la competición se ha dejado tres empates. Demasiado, seis puntos fatales…
Y eso que mejoró el equipo azulgrana su imagen. Dinámico en el centro del campo con la presencia, segunda consecutiva, de Riqui Puig, circuló el balón con mayor rapidez y con las líneas adelantadas… Lo que permitió al Atlético jugar a la contra con peligro y poder defenderse con solvencia, favorecido por la ausencia de extremos en el Barça.
Fue, probablemente, el mayor error estratégico de Quique Setién, que no rompió casi nunca por bandas a un rival ordenado y cómodo, en un partido jugado a gran ritmo y en el que, probablemente, habría obtenido mayor ventaja usando las bandas.
Y fue, como en años pasados, un duelo intenso, con goles, alternativas… Y polémica. Los dos goles del Atlético llegaron de penalti, el segundo del Barça también. Y los tres, todos, estuvieron rodeados de polémica.
De entrada marcó el Barça en una nueva jugada ensayada que volvió a verse. Messi lanza un corner al primer palo… Y si Piqué en Vigo remató al travesaño, esta vez el balón tocó en el muslo de Diego Costa, se envenenó entre sus piernas y despistó a Oblak para subir el 1-0 al marcador.
Tranquilizado el campeón, le bastaron ocho minutos al Atlético para empatar. Fue en un penalti claro de Vidal a Carrasco. Lo lanzó Diego Costa y lo rechazó Ter Stegen… Obligando el árbitro a repetir el lanzamiento porque el meta se avanzó fuera de la línea de gol en el momento del disparo. Y repitió, esta vez Saúl… Gol.
Los nervios, la intranquilidad, el atolondramiento. Así comenzó a sentirse un Barcelona que empezaba a temer por el título y al que le crecía el miedo, que llegó al descanso ‘enrabietado’ pero incapaz de hacer valer su superioridad y dominio. Faltaba aún más por verse…
La seriedad del Sevilla prolonga la agonía de un Leganés en caída libre
Dos goles de Óliver Torres en la primera mitad y otro de Munir en el tramo final sirvieron para sellar un triunfo (0-3) que permite al Sevilla romper una racha de cuatro empates consecutivos y acerca al Leganés de Javier Aguirre aún más al abismo de Segunda.
Incapaces de ganar desde el parón competitivo provocado por la crisis sanitaria del coronavirus y cada vez en una situación más comprometida, a los locales no les quedaba más remedio que pelear con sus escasas armas ofensivas para conseguir los tres puntos.
Con Guido Carrillo y Óscar Rodríguez lesionados, la apuesta fue situar arriba a Miguel Ángel Guerrero, Javier Avilés y Bryan Gil. Este último fue titular en los blanquiazules al igual que Roque Mesa e Ibrahim Amadou, todos ellos cedidos por los sevillistas.
Hubo también reencuentro de compañeros en dirección contraria pues Julen Lopetegui situó en el ataque al marroquí Youssef En-Nesyri, quien cambió un equipo por otro en el mercado de invierno tras abonarse su cláusula de rescisión.
Suyas fueron las dos primeras ocasiones claras, una arrancada tras pase en profundidad que no acertó a dar lustre con un disparo a puerta y un remate fuera cuando se encontraba solo en el área y con todo a favor.
Entre medias ya habían comenzado los problemas para el cuadro anfitrión, que a los cinco minutos de juego se vio obligado a sustituir al lesionado Kenneth Omeruo por el también nigeriano Chidozie Awaziem.
Dadas las circunstancias a los madrileños les costó soltarse en ataque hasta que Roque Mesa probó suerte con dos disparos desde fuera del área, uno atrapado por Vaclik en dos tiempos y otro que se marchó por encima del larguero.
A esos intentos le siguió otro momento de intensidad ofensiva andaluza. Este trajo consigo el primero de los goles cuando Óliver Torres capturó en la frontal un despeje de cabeza tras córner y encontró red al pasar el balón por una nube de piernas.
Mallorca goleó a Celta y se ilusiona con la permanencia en LaLiga
Mallorca se mantiene en la pelea por la permanencia al golear 5-1 a Celta en Palma con tantos de Budimir (2), “Cucho” Hernández, Pozo y Salva Sevilla, ante un rival desconocido que pareció reaccionar con el 3-1 de Iago Aspas de penal, pero que sucumbió ante un adversario implacable en los metros finales.
El fuerte calor derritió las ideas de Celta en defensa y en ataque en la primera parte, hasta quedar a expensas de un Mallorca muy efectivo que se fue al vestuario con un 3-0 que no esperaba ni el aficionado local más optimista.
Con su alineación de gala -Lucas Olaza, Jaison Murillo y Santi Mina fueron titulares- y con el mismo bloque que casi derrota al Barça, los celestes fueron superados en todas las facetas futbolísticas por un rival que se jugaba la vida.
Lo único que puede alegar a su favor el equipo de Oscar García Junyent es que dos decisiones del colegiado no le favorecieron en momentos claves: el primer penal de Mina a Dani Rodríguez, muy dudoso, según se pudo apreciar en las imágenes de televisión, y el “gol fantasma” del colombiano Jeison Murillo que no subió al marcador.
De Burgos Bengoechea tardó varios minutos en confirmar la pena máxima, que ratificó tras ver el vídeo de la acción, y no acudió al VAR para comprobar si, efectivamente, el cabezazo de Murillo había traspasado la línea de gol.
Con esas dos jugadas polémicas, el conjunto vigués también se topó con la sensacional actuación del meta Manolo Reina, que salvó a su equipo con intervenciones prodigiosas ante disparos de Bradaric, Santi Mina y Iago Aspas.
Los goles animaron a un Mallorca que entró al campo en calidad de desahuciado, prácticamente, y después jugó como un equipo sólido y efectivo, hasta el punto de no arrugarse con el gol de penal de Iago Aspas nada más comenzar la segunda parte para iniciar un martilleo incesante ante la portería de Blanco.
Los goles de Budimir y Salva Sevilla, como los del “Cucho” Hernández y Alejandro Pozo, fueron de una gran factura.
Celta perdía 5-1 y deambulaba perdido por el césped del Visit Mallorca a merced de un rival que le superaba en todo. Mallorca más efectivo de la temporada estaba demostrando que su intención no es tirar la toalla en la lucha por la permanencia, que va a pelear por ello hasta el final, teniendo en cuenta que esta triunfo le deja a cinco puntos de la salvación.
El paso de los minutos no hicieron mella en el ánimo de los bermellones, pero sí desnudaron aún más, si cabe, las dificultades de los celestes para encontrar su juego y su sitio en el campo y no encajar una goleada de escándalo.
El abultado marcador hace daño a Celta, que viajó a Palma para confirmar la permanencia de manera definitiva, pero que regresa sin conseguirlo y dejando una imagen casi bochornosa tras un 5-1 inapelable.
Con esta victoria, primera tras la reanudación del campeonato tras la pandemia, Mallorca deja atrás cinco jornadas sin ganar y se coloca a 5 puntos de la salvación, frontera que marca, precisamente, Celta.