Carta escrita por el Señor Presidente de la República Profesor Juan Bosch, en su cautiverio en el Palacio Nacional el 26 de septiembre de 1963.
Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle se lograría de nosotros que cambiemos nuestra conducta. Nos hemos opuestos y nos opondremos siempre a los privilegios, al robo, a la persecución, a la tortura. Creemos en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su democracia con libertad humana pero también con justicia social.
En siete meses de gobierno no hemos derramado una gota de sangre, ni hemos ordenado una tortura ni hemos aceptado que un centavo del pueblo fuera a pasar a manos de ladrones.
Hemos permitido toda clase de libertad y hemos tolerado toda clase de insultos, porque la democracia debe ser tolerante, pero no hemos tolerado persecuciones, ni crímenes, ni torturas, ni huelgas ilegales, ni robos, porque la democracia respeta al ser humano y exige que se respete el orden público y demanda honestidad.
Los hombres pueden caer, pero los principios no.
Nosotros podemos caer, pero el pueblo no debe permitir que caiga la dignidad democrática. La democracia es un bien del pueblo y a él le toca defenderla. Mientras tanto, aquí estamos, dispuesto a seguir la voluntad del pueblo.
Nuestro invitado de hoy Séneca: “Nada malo puede acontecer a un hombre bueno”.
Consérvense bueno-salud-alegría. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana