Hoy 15 de junio 2020, la Cámara de Diputados es una buena escuela.
Las diferencias partidarias nos dejan conocer realmente lo que son. Cuando la mente de una persona piensa una cosa, su lengua dice otra y hace otra, estamos escuchando a un varón que no expresa los conocimientos para vivir bien, se quedó en la materia, no es hombre, no sirve para nada. Es un politicastro más. ¿Dónde está el camino del bien? Tener una hondura espiritual, dominio absoluto de sí mismo con firme desprecio por los bienes materiales. Una memoria oral de las enseñanzas de un padre de buenas experiencias vividas. Una escuela que enseña a aprender a ser hombre de carácter concentrado en la exigencia moral.
Una de las cosas buenas que Dios hizo fue hacernos EDUCABLES. Como nacemos sin saber, nuestro deber es educarnos. Donde nacimos no lo impide. Por contrario nos provee los medios necesarios y nuestra libertad y derechos nos ayudan a ejercer la tarea, misión que debemos cumplir en el tránsito terrenal, pero, depende de la educación que tengamos. Lo primero, esencial es aprender y practicar, vivir la ley de nuestra vida, la ley de Dios. Nuestra vida es limitada y nunca debe manifestarse contra la ley de nuestro Padre Dios, cuyo deber nos guía siempre al amor y la verdad.
Es un mal olvidar los hombres nobles y su historia que hicieron todo el bien por nuestra patria. Todos debemos ser DUARTIANO cumpliendo el DECALOGO. Por su historia hoy somos libres en Dios Patria Libertad.
Debemos insistir, desarrollar la moral Duartiana poniendo el ejemplo a los hijos y a toda la juventud. Nosotros nos vamos, ellos quedan y deben ver y sentir en cada hombre un hermano de patria libre de toda inmoralidad, corrupción, injusticia que nos entregaron los mártires de nuestro pasado histórico.
El dominicano y su historia es como un cuerpo que tiene sus distintos órganos y cada uno tiene su función. Todos tenemos una deuda con Duarte y la juventud Los Trinitario. Debemos ejercer la visión con su tarea de estudiar y aplicar a Juan Pablo Duarte y la historia, esta es la seguridad de la felicidad dominicana. La única y eterna verdad como lo son la Asociación y la Fraternidad. Ahí están los deberes de la familia, la patria. Para eso Dios nos plantó en esta tierra amada como La Gran Familia.
Amable lector, los dejos con nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte: “Considera a la política como una de las nobles actividades humanas. Ejércela con desinterés económico, justicia y patriotismo”. ¡De su Decálogo!
Consérvense bueno. Una alegría-amor-aceptación-bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
