Por: David A. Hernández
Santo Domingo.- Para todo atleta la confianza en sí mismo es de vital importancia, sobre todo cuando va a competir sin ser el favorito para alcanzar los máximos honores.
En los pasados Juegos Panamericanos celebrados en Lima, el boxeador dominicano de los 52 kilogramos Rodrigo Marte sabía que no la tendría fácil ante su rival en el combate por la medalla de oro.
Al cumplirse un año del oro ganado por Marte, este recuerda lo difícil que fue subir al cuadrilátero para enfrentar al doble medallista de plata Panamericana el cubano Yosbany Veitía Soto, quien por demás fue campeón mundial en 2017 del peso Mosca.
“Sabía que no sería fácil ganarle, él era el favorito en un 99 por ciento. Eso me dio un poco de temor pero puse mi mente positiva”, indica el criollo al conversar sobre el hecho para Colimdo.
Marte, quien entrenó con la selección nacional de boxeo en Bogotá, Colombia, tuvo que sobreponerse a una lesión en su mano derecha durante el clasificatorio celebrado en Nicaragua.
En su búsqueda por el boleto que lo llevaría a Lima relata que “no podía golpear, no podía cerrar el puño” aunque destaca sus cualidades como boxeador de mano izquierda, resaltando que tuvo que valerse de ella para ir en busca de un sueño.
“En el clasificatorio, llegué a la final pero no pude ganar el oro por una cortada que tenía en la ceja izquierda”, dicha herida se la ocasionó Veitía durante el combate.
Al llegar a Lima, Marte estaba cumpliendo con una meta que se había propuesto cuatro años antes mientras veía por televisión la celebración de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.
“Cuando lo vi por televisión (Juegos Panamericanos 2015) dije quiero ser como uno de ellos (atletas medallistas), me esforcé y trabajé fuerte para llegar a la selección y cumplir ese sueño”, expresó el nativo de Hato Mayor del Rey.
En su debut panamericano, el hoy mejor peleador de América de los 52 kg y sexto del mundo según el ranking de la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA), dominó al chileno Héctor Tapia con tarjetas de 150-129 y en semifinales se impuso al argentino Ramón Quidorga 150-135.
Para la última pelea, Marte quien meses antes se había enfrentado a Veitía, se valió de sus manos rápidas y movimientos ágiles alrededor del ring para dar la batalla y vencer al cubano, quien era considerado favorito para ganar la categoría de los 52 kilos.
“Me lleno de felicidad, de alegría y emoción porque puse a sonar el Himno Nacional” dice Marte sobre cada vez que recuerda el momento en el que fue proclamado campeón.
Cuando se hizo el anuncio del ganador en el Coliseo Miguel Grau con tarjetas de 146-139, Rodrigo relata que sintió florecitas, indicando que no pudo contener las lágrimas de emoción por el triunfo, “no me encontraba, abracé a mi entrenador, llamé a mis familiares y les decía: lo logré, lo logré”.
Personas presentes indican que la reacción de Veitía era de inconformidad y vociferaba “me robaron la pelea, ese oro era mío”.
Dichos testigos señalan que Rodrigo en ningún momento bajó la intensidad y “no soltó al cubano”.