La Asociación Máximo Gómez de Cubanos en República Dominicana recuerda en este 13 de agosto al líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en su cumpleaños 94.
Y en las condiciones que marcan estos días por la incertidumbre provocada por la Covid-19, resulta imposible dejar de pensar en su presencia, activa en cada una de las batallas que la patria cubana lleva a cabo; porque indudablemente, en las muchas obras de los contingentes internacionalistas de médicos que curan enfermos y salvan niños recién nacidos que parecía no iban a sobrevivir, está la obra de Fidel, y las enseñanzas que prevalecerán a través de los siglos.
En Cuba, nuestros compatriotas recuerdan la fecha con múltiples actividades culturales, y en medio de las intensas medidas de protección y tantas otras asumidas por la dirección del país, en una batalla crucial “por la vida, por la salud y por enfrentar la situación económica en medio de la pandemia que azota al mundo”, se recuerda la creación de la Escuela Latinoamérica de Medicina (ELAM), aquel 1 de marzo de 1999, por iniciativa del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro; centro que ha sido considerado el mayor en el mundo en estudios de medicina, donde miles de hombres y mujeres de 110 naciones, de América Latina y el Caribe, así como de África y Asia e incluso de Estados Unidos, se han formado como profesionales.
En esta y muchas obras más, recordamos a Fidel, y nos sentimos orgullosos de esas enseñanzas que hicieron de una tierra con pocos recursos, un bloque ineludible de capital humano y voluntad política necesaria para ayudar a otros pueblos.
Nos unimos a quienes en la Isla Grande y en el mundo entero rinden tributo al artífice de tantos proyectos que acompañan hoy la historia patria. Los agradecidos siempre acompañarán el recuerdo de quien dejó un legado que trasciende a su época y quien aseguró un 13 de agosto, de 2015, en su artículo titulado La realidad y los sueños que “La igualdad de todos los ciudadanos a la salud, la educación, el trabajo, la alimentación, la seguridad, la cultura, la ciencia, y al bienestar, es decir, los mismos derechos que proclamamos cuando iniciamos nuestra lucha, más los que emanen de nuestros sueños de justicia e igualdad para los habitantes de nuestro mundo, es lo que deseo a todos; los que por comulgar en todo o en parte con las mismas ideas, o muy superiores pero en la misma dirección”.