Evander Holyfield pasó a la historia del boxeo y del deporte en general por el mordisco que recibió en la oreja de Mike Tyson en la mítica velada ‘The Sound and the Fury’ (‘El Sonido y la Furia’), que se celebró en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas (Nevada) el 28 de junio de 1997. Sin embargo, más allá de aquel hecho, es uno de los mejores púgiles de siempre.
Como amateur, consiguió 160 victorias y ganó la medalla de bronce en semipesados en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984. Ya en categoría profesional, se convirtió en campeón del mundo del peso crucero al derrotar a Carlos de León en 1988.
Tras pasarse a los pesos pesados, se proclamó campeón del mundo en 1990. Perdió su corona dos años después, pero la volvió a recuperar hasta en tres ocasiones, la última en 2000 ante John Ruiz.
Durante su carrera ganó más de 222 millones de euros, pero con el tiempo fue dilapidando buena parte de esa fortuna. Sus problemas económicos comenzaron antes de retirarse, por lo que siguió peleando como profesional hasta 2011 pese a que su físico ya no era el mismo.
Uno de sus primeros varapalos económicos se lo llevó con su propio sello discográfico, Real Deal Records, que tuvo que cerrar y que le costó 2,5 millones de euros.
Holyfield probó también suerte en el mundo de la hostelería invirtiendo en una cadena de restaurantes. Sin embargo, acabó perdiendo más de 8 millones de euros.
Debido a su mala situación financiera, en 2008, cuando aún era profesional, fue desahuciado de su mansión de 109 habitaciones y 5.000 metros cuadrados en Atlanta. El púgil debía más de 11 millones de euros de la hipoteca de la propiedad, que fue posteriormente malvendida por unos 6 millones al rapero Rick Ross.
Su ajetreada vida sentimental también le ha ocasionado problemas económicos. Holyfield tiene 11 hijos de seis mujeres diferentes, a los que debe pagar la manutención. Además, se ha divorciado hasta tres veces, la última de Candi Calvana Smith en 2012.
El estadounidense gana ahora alrededor de 83.000 euros al mes por sus apariciones públicas y sus contratos publicitarios y reside en un apartamento de dos dormitorios.
Siempre culpó a sus malas compañías y a su entorno de sus problemas económicos, pero ya pasó los peores momentos y ahora se encuentra ilusionado con su regreso a los cuadriláteros para participar en varias peleas benéficas. “Rodéate de grandeza”, escribió en una imagen en la que aparece junto a otra leyenda del boxeo, el ucraniano Wladimir Klitschko.