Una de las medidas necesarias en todo el mundo para evitar el contagio de Covid-19 es el uso del cubrebocas o mascarillas.
Ante la gran demanda de los productos usados a nivel quirúrgico o en procedimientos de enfermería, el mundo se tuvo que volcar al uso de mascarillas de tela y es por esto que este elemento debe esterilizarse correctamente.
De acuerdo con los científicos de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, estas son cuatro formas efectivas para desinfectar estos artículos:
Hervir agua, apagar el fuego e introducir el tapabocas por 30 minutos, pasado el tiempo ponerlo a secar bajo el sol.
Lavar el tapabocas con agua y jabón y ponerlo a secar bajo los rayos del sol (luz ultravioleta), ya que el sol es el elemento perfecto para combatir virus y bacterias de una forma sencilla.
Mezclar detergente con agua caliente y dejar reposar el tapabocas por 10 minutos. Finalmente enjuagarlo con agua tibia y ponerlo a secar al sol.
Preparar una mezcla de cloro y agua, en donde abunde más el agua. Dejar reposar el cubrebocas durante 4 minutos y enjuagar con agua fría. Luego ponerlo a secar al sol.
Una recomendación importante es no lavar los tapabocas con las demás prendas de vestir, puesto que tienen permanente contacto con la boca y la nariz.
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En un editorial publicado en el Journal of the American Medical Association en julio pasado, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos revisaron la ciencia más reciente y afirman que las cubiertas faciales de tela son una herramienta eficaz en la lucha contra el COVID-19 que podría reducir la propagación de la enfermedad, particularmente cuando es utilizado universalmente dentro de las comunidades.
Cada vez hay más evidencia de que las cubiertas faciales de tela ayudan a evitar que las personas que tienen COVID-19 transmitan el virus a otras personas.
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“No estamos indefensos contra COVID-19”, dijo el Dr. Robert R. Redfield, director de los CDC. “Las cubiertas faciales de tela son una de las armas más poderosas que tenemos para frenar y detener la propagación del virus, especialmente cuando se usan universalmente dentro de un entorno comunitario. Todos tienen la responsabilidad de protegerse a sí mismos, a sus familias y a sus comunidades».
Esta revisión incluyó dos estudios de casos, uno del Journal of the American Medical Association, que muestra que el cumplimiento de las políticas de enmascaramiento universal redujo la transmisión del SARS-CoV-2 dentro de un sistema hospitalario de Boston, y uno del Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad de los CDC, que muestra que usar una mascarilla evitó la propagación de la infección de dos estilistas a sus clientes en Missouri.