Estamos recordando lo sucedido en el imperio Romano y su caída y como se combatió la compasión. Todo muy parecido a lo que el dominicano ha vivido en estos últimos años. Estoy viviendo a los nuevos actores y como todos nos conocemos, estoy alegre, se realizarán mis sueños despiertos Duartianos. Los servidores públicos actuarán a la medida, no a los apetitos avariciosos incontrolados que conducen al mal, al caos en todo sentido. Todas las últimas protestas enseñan que para muchos dominicanos el Presidente de la República Profesor Juan Bosch no ha muerto. “Vamos al poder para servir al pueblo y no servirnos de él”. Su moral estoica fue el gran ejemplo de la honestidad de un gobernante. Como escribió el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte en su Decálogo: “Considera a la política como una de las más nobles actividades humanas. Ejércela con desinterés económico, justicia y patriotismo”. Esta es la transparencia y ética que veremos en acción a partir del 16 de agosto de 2020. Vida a la visión Diartiana que el dominicano vivirá. No más mentiras y atropellos. Así regresará a esta tierra la diosa que se fue, Diosa de la Justicia impulsada por la impunidad. Las neuronas aún recuerdan cuando grabaron la sentencia del jurista Marco Tulio Cicerón: “A cada hombre su carácter le señala su destino”.
Los nombrados por el Presidente de la República, Luis Abinader, para servir al pueblo como ministros. Vale repetir “aquí todos nos conocemos”, no hay un politicastro, ni un varón, político incapaz, rastrero, mal intencionado, que actúa de manera oscura y se hace millonario, un solo ejemplo el “funesto barrilito”.
El economista Ceara Hatton me estremece de alegría, nos dice: “Primero la salud y luego sus conocimientos, la economía otro de mis sueños despiertos Duartianos camino a su realización.
Esperamos no volver a observar lo que sucedió en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Actuaron como los lobos, acaban atacándose entre sí, aunque al comienzo hayan comido juntos.
La corrupción es un mal tan antiguo como el hombre. Creemos que para combatirla se debe aplicar el estudio de los males políticos que se suscitan en una sociedad y de los factores que contribuyen a que dichos males se presenten.
Otro sueño despierto Duartiano es no volver a ver secar un río o se tumba un árbol. Se está desobedeciendo a la madre naturaleza, si cuidara con guardabosque y sacaran las palas mecánicas. Todos los ciudadanos debemos convertirnos en cuidadores del sistema acuífero y de la foresta. Es nuestra obligación y debemos ser firme, alerta y denunciar cualquier acción contra la naturaleza. Son las exigencias del buen vivir, obligaciones, deberes para con la patria, es decir la ética y el derecho. Debemos actuar apegado a la madurez moral por ser hombre. Nuestro amor de patria nos llamaremos dominicanos de hechos, no de palabras. Siempre guiado por la ley natural, la divina que nos ordena ser felices.
El que vive en el amor, verdad, libertad, amistad, pureza, respeto, honradez y la dignidad humana, se conoce a sí mismo y a los demás. Es un ciudadano inclinado al cumplimiento de sus deberes. Por lo cual es un hombre feliz, vive en el bien, muy alejado de la violencia, abrazado a la humanidad.
Para nosotros el amor a los demás es la verdad en acción, es la estadía perenne en la paz. La verdadera navegación sin escollos entre los demás. Leo, leo el Sermón de la Montaña, no me alejo de ese amor, lo adoro y me cuestiono. ¿Cuándo el hermano hombre va a comprender que el tránsito terrenal, la vida es la paz, no el asalto asesino, el robo? Realmente la comunión de vida.
Los dejo con Petrarca en Rimas en vida y en muerte de Laura: “Poder decir cuanto se ama es amar poco”.
Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
