El comentarista Melton Pineda, sí el mismo al que le dieron un hotel en Barahona a precio de “vaca muerta”; que pidió la renuncia del presidente del PRM, José Ignacio Paliza; que llamó “fresca y atrevida” a una candidata vicepresidencial para defender su cheque; el mismo que armó un lío al comparar a mujeres tatuadas con prostitutas, sigue muy campante en su el cargo que nunca ha desempeñado como Cónsul General en Sao Paulo, Brasil, cobrando 2,500 dólares (RD$145,875), de acuerdo a la nómina del Minrex.
Este segundo botellón que publicamos, desbocado por demás, ha estado protegido por los últimos gobiernos; durante los periodos de Leonel Fernández, lo defendía un general cercano al presidente, y recientemente, en los gobiernos de Danilo Medina, el canciller Miguel Vargas Maldonado, era su escudo.
Con razón cuando lo nombraron, bailó por largo rato y se abanicaba con el decreto que había emitido el gobierno a su favor.
Y la gente se pregunta, ¿por qué tildamos de botellón a Milton Pineda? Y la respuesta es sencilla: nunca trabajó como cónsul y cobraba un dinero que podía ser utilizado por el gobierno en sectores más necesitados, punto.
Ahora vamos más lejos, ¿Por qué no se le piden a Melton y a los muchos otros botellones que devuelvan el dinero del pueblo?