En los pensares están latentes las semanas en la Escuela de Evangelización. Cuando se está en su interior se conoce a sí mismo, aprende escuchar. El silencio es la gran expresión, se dan pasos seguros, de gran valor a la estimación que a la riqueza y si es padre enseña al hijo el camino de la disciplina, vivir en la verdad, que no persigue lo innecesario y se asienta en la medida, y sea su guía en todo lo que necesita para vivir en felicidad. De gran utilidad social es enseñar los proverbios Bíblicos. Solo ver estos: El hombre cuidadoso advierte el peligro y se pone a salvo, los ingenuos siguen adelante y lo pagan.
El hombre malo explota a los pobres, es como una lluvia devastadora que deja sin pan.
Los que abandonan la ley aplauden al malvado, los que observan la ley se indignan contra él. Los malos no entienden nada de moral, los que buscan a Yavé lo comprenden todo.
Más vale un pobre que vive honradamente, que un oportunista que se hizo rico.
El hombre rico piensa que es sabio, pero el pobre de buen criterio sabe lo que aquél vale.
Ocultar las faltas no conduce a nada, el que los reconoce y renuncia a ellos se hace perdonar.
El padre que educa a sus hijos con su ejemplo, de seguro sus hijos harán lo mismo con sus hijos y será una familia unida en el amor y educación. Esa es la obligación de los padres, entregar a la sociedad seres de bien. El padre ejerció las leyes que Dios le ordenó, actuar correctamente.
Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.