¿Qué es una cornamusa? Una pieza metálica o de forma parecida a la parte superior de una muleta y que hecha firme en la cubierta, mamparo u otro lugar del buque sirve para amarrar los cabos. Los cabos son las sogas para amarrar el buque al muelle.
En mi escritorio tengo una cornamusa, como pisa papel; tiene 7 pulgadas de largo. Es un recuerdo histórico.
En el año 1958 ostento el rango de teniente de navío y estoy asignado como ayudante del subjefe de Estado Mayor de la Marina Señor Capitán de Navío Enrique Rafael Valdez Vidaurre.
Una mañana suena el timbre del teléfono que comunica directo con el jefe del Estado Mayor: El contraalmirante informa que viene una invasión de Cuba. Valdez manda toda la flota a patrullar toda la costa. Aviones de la Fuerza Aérea harán patrulla con el oficial de la Marina para que identifique toda clase de nave que navegue en nuestro mar territorial lo informe al despacho del General Trujillo hijo, donde estaremos el jefe del ejército, yo y otros oficiales de la Fuerza Aérea. Termina la reunión. El comandante Valdez ordena los buques su zona de patrulla. Yo fui asignado a patrullar en un avión de la Fuerza Aérea cada dos días.
Una mañana llegando a Maimón, costa Norte, venos aviones de combate disparando a una lancha que está semi varada, pude ver unos tres hombres corriendo alejándose de la costa. Un piloto llama al coronel Amancio que pilotea el avión donde yo estoy. Le dice: aléjense de ahí no perturbar el ametrallamiento. Al comenzar a salir del área, observo la lancha vacía moviéndose. Llamé al general Echavarría que estaba en el comando en la ciudad de Santiago. Le dije: General la lancha está vacía, semi varada si continúa en disparo la van a destruir, además es difícil darle la protección de lugar. El general ordenó cese fuego y que regresaran los aviones a Santiago. Pudimos observar que el Ejército perseguía tiroteando. Cuando regresamos a San Isidro le informé al almirante el tipo de lancha de paseo, como se movía, que era fácil salvarla sin remolcador. El almirante me ordena llame al subjefe. Lo comunico y le ordena Valdez mande un jefe con un contraalmirante y tres alistados, un alférez del departamento de motores diésel con tres alistados, irán con González ahora hacia Puerto Plata. El almirante me ordena llevar la lancha al muelle de Puerto Plata. En Puerto Plata el comandante del puerto nos llevó por el monte y bajamos a la costa. Revisamos la lancha, la hélice estaba libre. Ordené dar máquina atrás y salimos hacia el puerto. Cuando yo veo la cornamusa del lado de estribo en la popa, con una parte rota por un disparo decidí quitarla por su mal estado y la conservo.
El servicio de patrulla aérea continuó por varios días. Yo tengo apuntado 40 horas de vuelo por la costa Sur y Norte.
Como estábamos acuartelados no íbamos a casa y a las 11:45 de la mañana del 16 de julio de 1959 nació mi hijo José Miguel. No niego tuve gran alegría y tristeza al no estar al lado de Martha. Cuando nació el primer hijo Néstor a las 18:30 de la tarde del 15 de enero de 1957 yo estaba en un servicio de inspección en un buque en Puerto Plata.
Gracias a Dios viví el momento más dramático, hermosos y humano siendo las 10:48 de la mañana del 2 de abril de 1958 cuando acompañé a Martha en la llegada de Martica. Mamá me decía: son los nuevos amores.
Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.