Se escucha que unos diputados reelectos no piensan soltar su millonario “funesto barrilito” porque gastaron mucho en la campaña, no es con nosotros la transparencia y ética….no aceptan el peculado que prohíbe la Constitución de la República. No están acorde con el Decálogo Duartiano No. 5: Considera a la política como una de las más nobles actividades humanas. Ejércela con desinterés económico, justicia y patriotismo.
La larga travesía en las marejadas entre los demás hermanos dominicanos, nos ha enseñado que han cambiado su manera de ser en su mayoría. Se no me será posible comprender la naturaleza humana. La vida parece mucho a la mar cuya serenidad invita a la quietud y por momentos golpea con fuerzas incontrolables, destructora.
Ya vimos porqué el pueblo se empodera y es el verdadero legislador, cuando el Presidente y los ministros son los primeros en violar la Constitución y las leyes, se vive en la inseguridad, corrupción y el robo. ¿Por qué no vivir con los sentimientos y costumbres que constituyen la felicidad pública? Pienso en el Padre guía de la familia, de ahí surgen, su filosofía es perversa, lo demuestra su costumbre.
El que actúa mal, no se libra de su culpa, su rostro lo delata. No comprende que tiene un juez interior que no dejará de condenarlo. La Conciencia.
Ya he comprendido en estos últimos años por qué el corrupto vive de los demás. No tiene el conocimiento que el espíritu humano tiene en su propia existencia sus actos. Caso de conciencia, cuestión de moral difícil y crea su destino con el impulso de su voluntad, facultad, capacidad que determina hacer o no hacer algo y hace el mal por la ausencia del carácter.
Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.