El sistema político pasado nos ha demostrado que carece de la verdad, visto en la unidad entre pensamiento, palabra y acción. No hay prueba que su contenido era sinceridad, templanza, responsabilidad, obligaciones y pureza de servir al bien común. ¿Cuándo el funcionamiento será radical sinceridad, verdad? ¿Cuándo el hombre tenga carácter con pasión moralizadora. Un ejemplo a seguir por el camino del cumplimiento de las obligaciones para el bien común. Hoy vemos decisiones, planes para un cambio de vida. El cambio necesita la fuerza justa del coraje con la ley. De lo contrario el mal sufrido tendrá vida y el descredito arruinará la esperanza.
El pueblo sabe todo lo sucedido y no callará. La verdad no conoce el temor ni el miedo. Pensar y paciencia, el tiempo arregla todo.
Observo, escucho al señor presidente licenciado Luis Abinader Corona, se entrega al diálogo, escucha, eso nos dice respecto a si mismo y los demás, en busca de soluciones para el bien común, en sí de todos los dominicanos.
Me permito agregar algo que Napoleón III expresó: “La primera cualidad que debe tener un pueblo que aspira a un gobierno libre, es el respeto hacia la ley. Ninguna ley posee fuerza, excepto en lo que respecto a la intención de cada ciudadano de respetarla o contravenirla. Para inculcar en el pueblo el respeto a la ley, fue necesario que la ley fuese hecha para el bien común, y que consagrara el principio de igualdad en toda su extensión; fue necesario revivir el prestigio de la autoridad e implantar profundamente en los hábitos y costumbres los principios de la revolución, porque hábitos y costumbre constituyen el santuario de las instituciones”.
Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.