Cuando leo: El ministro de Educación informa que la nómina de empleados encuentra el gasto de RD$100 millones en botellas (recibir un sueldo sin trabajar).
En Puerto Plata en la Corporación de Acueductos y Alcantarillados se gastaban RD$4.5 millones en (botellas). Ese es el sistema corrupto del clientelismo de un partido político de intereses económicos.
Cuando leímos la historia de Marco Tulio Cicerón, él se refiere a la corrupción: “La corrupción destruye a la nación. La codicia, los sobornos y el fraude devoran a un estado desde el interior y lo hacen débil y vulnerable. La corrupción no es solo un mal moral, sino una amenaza práctica que, como mínimo, desalienta a la ciudadanía, y en el peor de los casos la hace presa de la cólera y la incita a la rebelión”.
Cuando la educación escolar no enseña el carácter, no sirve para nada. El filósofo Aristóteles de la educación decía que las raíces son amargas, pero dulce el fruto. Que la educación necesitaba de tres cosas: actitud natural, estudio y ejercicio y que era un ornato en la prosperidad, y un refugio en la adversidad. Que los educadores eran más dignos de honra que los padres que solo engendraron a sus hijos; pues los unos daban solo el vivir, y los otros el vivir bien, sentenció: El hombre perfeccionado por la sociedad es el mejor de los animales, pero es el más terrible cuando vive sin ley ni justicia. He observado que las llamadas “botellas”, esos que recibían un sueldo sin trabajar que hoy estamos enterándonos, tiene su origen cuando la Justicia no actúa y reina la impunidad por gobernar los hombres y no las leyes. Hoy, con el regreso de la Diosa de la Justicia, la transparencia y la ética tienen presencia, vida de reclamos por los ciudadanos, estamos observando los educados, los llamados perfeccionistas por el gran maestro Aristóteles.
El hombre educado ejerce los buenos hábitos, lo estamos observando hoy en el poder palaciego y los ministros cumpliendo con sus obligaciones. Esa es la base esencial de la ética. Un hombre educado estuvo treinta años preso en una isla en África del Sur. Luego fue Presidente de la República y nos dejó esta experiencia, sentencia: “El arma más poderosa del hombre es la educación”. Nelson Mandela.
La vida nos ha mostrado que hay dos clases de educación. La primera estudio de una profesión para ganarse la vida. La segunda estudios para vivir bien, esto es la moral, el arte de las buenas costumbres, es decir las costumbres que son buenas para el hombre o mujer, de las costumbres que van bien, de las costumbres que le dan madurez y perfección que le permiten vivir como corresponde al ser humano dignamente.
El corrupto no ejerce esta ley. Ley moral-Principio ético concebido como fundamento obligado de la conducta de todo individuo. Tratas a los demás como quisiera que te traten a ti. Está unido a la necesaria actividad creadora del individuo.
Estamos observando los corruptos que no trabajan y recibían un sueldo. Estos tienen su corruptor. Tan culpable es el que hace el mal como el que lo crea.
Observo soluciones sociales que son el comienzo de la hermandad que valora la vida.
Vimos por la televisión unos ciudadanos en justa protesta contra la destrucción de un río con una pala mecánica sacando grava y recordé la sentencia de Hermes Varillas: “Una vez agotada el agua en el planeta, ni lágrimas tendremos para lamentarnos”.
Consérvense bueno, unidos a las cinco actitudes de Dios. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
