Por: Alfredo Cabrera Moscat
“No es simplemente morir/ fue dar la cara para siempre”. René del Risco Bermúdez
Los que hemos tenido la dicha de cabalgar codo a codo con uno de los hombres de más impacto y reciedumbre moral que ha dado el país en los últimos años, miramos como despistados a quienes escogen como blanco de sus vilezas a un gigante ético como Roberto Fulcar.
A alguien como Roberto nadie puede tentarlo con riquezas materiales, ni subirlo con sortilegios a la montaña más elevada y ofrecerle la conducción de todos los reinos: Nada que exista bajo el sol, ninguna posible posesión material va a tentarlo para voltear la cara y ceder al deshonor.
Si me quedo callado, hablarían hasta las piedras. Cuando vi ayer al señor Carlos Pimentel, director de Compras y Contrataciones del Estado, defender el proceso de adquisición de laptops de parte de Roberto y el Minerd, no pude más que exhalar un suspiro de orgullo de quienes conocemos bien a Roberto.
Y es que el ministro de Educación, Roberto Fulcar, con su reciedumbre ética, institucional y moral, venció una vez más el chantaje, la presión y las amenazas. Aplicó la ley sin favoritismo, con inclusión y capacidad gerencial, y ha legado al país la más grande lección de apego a la ley, la ética y la transparencia.
También demostró el ministro Roberto Fulcar su carácter, firmeza y reciedumbre institucional y moral, para no dejarse doblegar por el poder comercial y hacer lo que siempre ha hecho, poner el interés del país por encima de todo.
Definitivamente nuestro país necesita muchos ministros, ciudadanos y políticos con la capacidad, la ética, la moral y la firmeza de Roberto Fulcar.
Yerran el blanco los comensales de Sodoma que pretenden buscar símiles en el Olimpo de intachabilidad que habitan los hombres como Roberto.
Hombres que como decía René del Risco Bermúdez, decidieron dar la cara por este país para siempre.
