MI SENTIR
Los movimientos que se han venido produciendo a lo interno de los principales partidos políticos del sistema dominicano, nos indican que la campaña electoral de cara a los comicios del año 2024 ha iniciado pese a las prohibiciones legales existentes en el país.
Los encuentros realizados el pasado fin de semana por los Partido Revolucionario Moderno y de la Liberación Dominicana, han comenzado a perfilar las opciones que presentaran en las elecciones presidenciales del 2024, a contar por las acciones que se han externado.
La diferencia de lo que podría suceder de cara a los procesos que llevarán a cabo cada uno de esos partidos políticos para escoger sus candidatos presidenciales, es de que mientras en el PLD habrá de librarse una competencia muy reñida, que podría provocar un nuevo fraccionamiento de esa fuerza política, en el PRM, todo apunta a que nadie le disputara la posición al presidente Luis Abinader.
Se modifique o no el artículo 21 de los estatutos del Partido Revolucionario Moderno, el presidente Abinader, tiene todo el derecho de optar por un nuevo mandato presidencial a partir del 2024, porque la constitución de la República le consagra ese derecho, por lo que de él dependerá la decisión de acogerse a esa disposición de la carta sustantiva, que dicho sea de paso prevalece por encima de todas las disposiciones legales que se encuentren vigentes en nuestro país.
El pasado fin de semana, el tema concerniente a las objeciones que imponen los estatutos al presidente Luis Abinader, para que pueda aspirar libremente a un nuevo mandato constitucional fue tocado por la dirigencia del PRM y el sentir mayoritario es que dicho impedimento sea eliminado cuanto antes de esa normativa partidaria.
Por el momento el presidente de la República se ha mantenido cayado en torno al debate que desde el inicio de su gestión se ha desarrollado a lo interno del Partido Revolucionario Moderno y en su lugar quien se ha expresado es el presidente de la organización política, José Ignacio Paliza, quien ha dicho en reiteradas ocasiones que el primer mandatario se encuentra concentrado en gobernar bien para enfrentar con éxitos los efectos de la pandemia y mejorar la economía del país.
Mientras eso sucede y quizás sin la anuencia del presidente Abinader, ya a lo interno del PRM, se han venido preparando maquinarias y equipos de campañas que promueven sus aspiraciones presidenciales en toda la geografía nacional de cara a las elecciones del 2024, porque entienden que el mandatario representa la única opción capaz de garantizarle la retención del poder a esa organización política, pese a que cuenta con otras figuras presidenciables, sobre todo por la buena valoración que tiene en el país.
En los aprestos continuistas del presidente Luis Abinader, no solamente participan dirigentes y miembros de su conglomerado partidista, sino también un significativo grupo de seguidores del expresidente Hipólito Mejía, que han entendido que el gobernante cuenta con todos los atributos a su favor para seguir liderando al país y al partido de gobierno durante los próximos años.
Por el alto nivel de respaldo que le han proporcionado los diferentes sectores del partido oficial, al presidente Abinader, se vislumbra que antes de que finalice el presente año las restricciones que mantienen los estatutos a la reelección presidencial sean retiradas de manera abrumadora de esa plataforma legal del partido.
Contrario a lo que podría ocurrir en el PLD, en el PRM, los que habían sacado la cabeza para aspirar a la presidencia de la República, son los que están más que convencidos de que al presidente Abinader, nadie podrá disputarle la candidatura presidencial a lo interno de esa organización política, por lo que su candidatura surgirá de un consenso partidario nunca antes visto en un partido que haya encabezado un gobierno en el país.
Ojala, el presidente de la República pueda valorar y honrar eso que se ve venir en el Partido Revolucionario Moderno de cara a las elecciones del 2024, y en otras fuerzas del Peñagomismo que en el pasado acompañaron al PLD, que ven con simpatías que él les represente como opción presidencial al término de su primer cuatreño gubernamental para ayudarle a producir las transformaciones que se ha propuesto llevar a cabo a través del Estado dominicano, porque entienden que existe la voluntad política de hacer los cambios que demanda la sociedad dominicana.