¿Cuáles son los puntos ciegos de la historia política dominicana?
Los identifica el vicealmirante (r) y ex jefe de Estado Mayor de la Armada Dominicana, Homero Luis Lajara Solá, un alto oficial de carrera, dueño de envidiable hoja de servicio, quien de forma espontánea y sorpresivamente solicitó su retirada de las filas militares en el año 2013, cuando se desempeñaba en calidad de Viceministro de las Fuerzas Armadas para dedicarse a una actividad meramente intelectual: al arte de escribir, relatar episodios considerados aún invisibles de la historia nacional, desplegando sus pericias de investigador social para convertirse en articulista de obligada lectura de la prensa escrita.
Se trata de un caso trascendente, pocas veces visto en los anales castrenses, si tomásemos en cuenta las lagunas conceptuales que tradicionalmente han caracterizado a la alta oficialidad de los mandos militares.
Al momento de ponerle fin a su servicio militar de 34 años, allegados al Vicealmirante Lajara Solá comentaron que los cuerpos castrenses perdieron a un alto oficial capaz y honesto, que dio brillo a las armas de la República, un comandante que combatió sin tregua al narcotráfico, los viajes ilegales y el contrabando; pero sobre todo, que igualmente luchó contra el corrupto tráfico de influencias, actuaciones que validaron fuese reconocido por la Drug Enforcement Agency (DEA), de Estados Unidos, y otros organismos calificados.
Leyendo los ensayos que frecuentemente publicaba en Hoy y ahora publica en Listín Diario empecé a darle seguimiento a Lajara Solá, quien ha recopilado sus artículos en libros tales como el que comentamos, precedido por “La Misión Naval a España, 1954”, relativo a las vicisitudes y el Consejo de Guerra que padeció su padre, Luis Homero Lajara Burgos, contralmirante de dos estrellas quien durante su jefatura en la Marina de Guerra bajo la tiranía de Trujillo, emprendió aquel cometido como una unidad táctica que “constituía una devolución simbólica del primer viaje de Colón a la Española, 462 años después”.
Un tercer texto suyo se intitula “Del Sable a la Pluma”, prologado por el poeta, escritor y diplomático, Cándido Gerón, quien “advierte una simbiosis de valía militar y un pensamiento artístico que resume con profundo amor filial a su padre, Luis Homero Lajara Burgos y a su madre, Monina Solá”, la prestigiosa actriz dominicana.
Pero vayamos a la insondable perspectiva literaria de Lajara Solá, expuesta magistralmente bajo el sugestivo título de “Puntos ciegos de la historia política dominicana y otros escritos”, su segundo libro que apareció en febrero del 2020, en cuyo prólogo el autor admite que “la historia dominicana está llena de puntos ciegos”, razón por la cual creo conveniente que el actual ministro de Defensa, teniente general Carlos Luciano Díaz Morfa, recomiende su lectura para que los oficiales estudiantes del Estado Mayor, alcancen ideas claras y precisas acerca de cómo explicar acontecimientos históricos y militares de nuestra historia republicana.
No obstante, el escritor provoca dudas, verbigracia, ¿Cuáles son esos puntos ciegos? ¿De dónde extrae el concepto? ¿Acaso es una terminología estrictamente militar? Quizá se refiere al “punto ciego” de la ciencia oftalmológica, que alude la localización del fondo del ojo, insensible a la luz, y que corresponde a la entrada del nervio óptico”, según la Gran Enciclopedia Larousse; o al “método ciego” de la psicología.
Más bien creo que apoya el concepto en el filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz, uno de los grandes pensadores de los siglos XVII y XVIII, reconocido como “el último genio universal”, quien asegura que el cálculo algebraico, presente en todas las estrategias militares y de guerra, es un buen ejemplo del conocimiento ciego. Leibniz escribió en sus “Meditaciones del Conocimiento”: “A menudo y sobre todo si el análisis es muy largo, no abarcamos toda la naturaleza del objeto a la vez; entonces sustituimos las cosas por signos”.
En el prólogo de su obra Puntos Ciegos de la Historia Política Dominicana, Lajara Solá lo describe como “otro esfuerzo por profundizar en mis aportes acerca de nuestra historia, desde el género literario del ensayo, con pasajes no recordados o ignorados”.
Pasajes olvidados o ignorados por otros historiadores, escritores o investigadores, pero que él recopila con urgencia y concisión en apretado apéndice de subtítulos como” Duarte y la Dominicracia”, “interpretando la independencia”, “Sánchez del marzo glorioso”, “combates de abril glorioso”, “Norcorea: la tormenta se acumula”, “el bloqueo a Qatar: lucha de intereses”; el término “Dominicracia”, creación del escritor y estratega militar, alude a la conducta tradicional del pueblo dominicano de dejar las soluciones de todos los problemas a la improvisación o en manos de la divina providencia.
El tema haitiano no podía faltar en una obra de tal naturaleza didáctica; aborda de forma brillante “el mito de la isla indivisible”, “Haití: refugiados medioambientales, medidas restrictivas a aplicar en RD, medidas de incentivo a aplicar en RD, Estrategia de implementación”, y “Haití, ¿víctima de quién?”, así como las relaciones de los gobiernos de Trujillo y Haití, Bosch y sus relaciones con Haití, los 12 años de gobiernos de Balaguer y Haití, el presidente Antonio Guzmán y Haití, Salvador Jorge Blanco y Haití, Leonel Fernández y el vecino país, el presidente Hipólito Mejía y Haití.
Desde esa perspectiva su libro Puntos Ciegos de la historia política dominicana y otros escritos, ofrece al lector un texto didáctico que, ciertamente, aclara la situación de numerosos episodios de la historia dominicana.
Actualmente, Lajara Solá es consultor de seguridad y operaciones portuarias y de seguridad bancaria. Pertenece al Circulo Delta, una agrupación de ciudadanos comprometidos con la defensa y promoción de los más altos valores y principios democráticos.