Por Hipólito Núñez Velásquez
Con frecuencia, suelo escuchar de muchos de nosotros, los residentes en el exterior, “que los partidos políticos y sus dirigentes le temen al voto del dominicano en el extranjero porque supuestamente no nos pueden comprar con libritas de arroz” o por la llamada “fundita ”Del doctor Joaquín Balaguer o por“ la caja de comidas ”de los otros partidos.
El argumento suena muy bonito pero a mi entender, no es correcto porque la cultura del dominicano de aquí y el de allá es la misma, igual que sus necesidades.
Tanto el dominicano de allá como el de aquí saben que en la república dominicana y en el mundo, con muy pocas excepciones, el ser humano ha usado la política partidista como un medio de buscar prebendas.
La prueba está en las condiciones de miseria en que hoy se encuentran nuestras naciones. Los gobernantes y sus partidos se han convertido en centros de aglomeración de los individuos que se aprovechan del poder para expandir los tentáculos del pulpo de miseria que arropa a nuestros países. La República Dominicana es quizás uno de los ejemplos más claros de esa epidemia que amenaza con destruir la estructura socio-política del país.
Pero quiero referirme específicamente a lo que he querido enfocar en esta reflexión sobre el voto del dominicano en el exterior porque es muy frecuente escuchar la frase antes mencionada de que al dominicano en el exterior, los partidos políticos no tienen con que comprarlo y que por eso es un voto fuerte.
Implícitamente, con ese argumento estamos estableciendo que el dominicano de allá se vende y eso no es cierto. Lo que pasa con el voto del dominicano de allá es lo mismo que con el sufragio de aquí: que las elecciones se utilizan para el votante, en una esperanza de mejorar sus condiciones de vida cada cuatro años.
¿Acaso ustedes no observaron que para las elecciones del 2016 un solo partido el que la mayoría de la gente creía era el seguro ganador sólo aquí en la ciudad de Nueva York tenía más de 50 movimientos de apoyo?
¿Qué creemos nosotros; que en su mayoría buscaban salvar nuestro país? No, estos buscaban lo mismo, que busca el dominicano de allá. Una forma de mejorar su situación por medio de la política partidista. ¿Es que acaso nosotros no tenemos las mismas necesidades que ellos? En muchos casos con mayores proporciones, ¿no estamos viendo un diario que nuestras organizaciones culturales deportivas, profesionales, y comunitarias son un reflejo de la misma, de la republica dominicana?
Estamos viendo que el presente gobierno de la República Dominicana tendrá que inventar puestos de trabajo en los organismos donde él mismo tiene potestad para nombrar su gente por compromiso de favoritismo político.
Por esa razón, tanto aquí como allá, pasa lo mismo porque es la cultura del dominicano donde quiera que esté, aunque esto, como todo, tiene sus excepciones.
Hipolito Núñez Velásquez, es el Fundador de la Fundación Comunitaria Dominicana y del Movimiento Ecológico Nacional VIDA