El atleta ecuatoriano Alex Quiñónez, finalista en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, fue asesinado el viernes en la ciudad portuaria de Guayaquil (suroeste), donde residía, por razones que aún se investigan. El deceso lo confirmó Roberto Ibáñez, presidente de la Federación Deportiva del Guayas, en un mensaje de Twitter en el que expresó el inmenso dolor que le causaba la muerte de Quiñónez, de 32 años de edad nacido en la provincia de Esmeraldas (noroeste).
“Mi corazón está totalmente destrozado, no encuentro palabras para describir el vacío que siento”, escribió Ibáñez en su cuenta de la red social. “No puedo creerlo, hasta cuando vamos a seguir viviendo tanta maldad e inseguridad”, agregó el dirigente deportivo en referencia a que la ciudad de Guayaquil se ha convertido en foco del auge de al delincuencia y crimen. “Descansa en paz querido Alex, te voy a extrañar toda la vida”, concluyó Ibáñez. Las condolencias llegaron a la presidencia de Ecuador: “Expresamos nuestro más profundo sentimiento de pesar a los familiares, amigos y seres queridos de Alex Quiñónez por esta dolorosa pérdida. Un gran deportista, padre de familia y ser humano”.
Según fuentes oficiales, Quiñónez y un amigo del atleta, Jojairo Arcalla, fueron asesinados a tiros por desconocidos en Colinas de la Florida, en Guayaquil. Las redes sociales en Ecuador se encendieron con la noticia del asesinato de Quiñónez, que se produjo en el cuarto día de vigor de un estado de excepción declarado por el presidente del país, Guillermo Lasso, para intentar atajar el incremento de la delincuencia.
Operaciones conjuntas entre militares y policías se concentraron en varias provincias de Ecuador, especialmente en la costera de Guayas, cuya capital es Guayaquil, donde se registraron varias muertes violentas en las últimas semanas.
El Ministerio del Deporte también reaccionó a la muerte de Quiñónez y remarcó que fue asesinado “el mejor velocista de la historia de nuestro país”. Esa cartera de Estado, en un comunicado, informó de que las autoridades competentes investigan el caso y expresó sus condolencias a familiares, amigos y compañeros deportistas del atleta.
Quiñónez no pudo competir este año en los Juegos Olímpicos de Tokio, tras una decisión del Comité Olímpico Internacional, que suspendió su participación tras no haberse reportado para un control rutinario de dopaje. El deportista apeló el fallo, pero la sanción se ratificó y no pudo ser inscrito para Tokio.
“Son pruebas de Dios, hay que aceptarlas”, fue su comentario de resignación en la Villa Olímpica de la capital japonesa cuando, comenzados los Juegos, su representante, el español Alberto Suárez, le comunicó a Quiñónez que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) le había denegado una suspensión cautelar de la sanción de un año que le había impuesto unas semanas antes la federación internacional de atletismo por no notificar correctamente en mayo su paradero para los controles antidopaje fuera de competición.
Con registros de 10,09 segundos en los 100 metros llanos y 19,87 en los 200, Quiñónez ha sido el mejor ecuatoriano en la disciplina y llegó a ubicarse en el quinto lugar de la Liga Diamante en 2019, cuando también alcanzó el tercer lugar en el Campeonato Mundial de Atletismo de ese año en Doha.
Su palmarés incluye una serie de trofeos como campeón en juegos panamericanos, iberoamericano, sudamericanos y bolivarianos, entre otros.