MI SENTIR
La falta de un Hospital Municipal y las debidas atenciones que necesita la población en materia de salubridad, han permitido que muchos habitantes del Municipio de Cristóbal, en la provincia Independencia hayan perdido sus vidas en las largas travesías que tienen que recorrer para recibir atenciones médicas en otras localidades de la región sur.
Particularmente a mí me tocó vivir esa amarga experiencia al perder a mi hermana Marianela Plata Medina, quien por no haber podido ser asistida de emergencia en el Municipio de Cristóbal, por la carencia de un Hospital o Centro de Atención Primaria que le diera los primeros auxilios, murió de un infarto al ser traslada a la Policlínica del Municipio de las Salinas, que también se encuentra en muy mal estado.
El drama que viven los habitantes de mi pueblo natal Cristóbal es cada vez más traumático y preocupante, porque pese a los casos que como el de mi hermana se repiten frecuentemente con los pacientes que deben ser atendidos de emergencia, las autoridades regionales de salud no muestran preocupación por llevarle una solución adecuada a la problemática de salud que padece esa comunidad.
Hace aproximadamente más de 10 años que los Cristoberos vienen atravesando por ese viacrucis, debido a que la Policlínica construida en 1978 por el presidente Silvestre Antonio Guzmán Fernández, colapsó totalmente como consecuencia del paso de los años y el gobierno pasado en vez de buscarle una solución definitiva tomó la decisión de alquilar provisionalmente tres pequeños apartamentos donde no existen mínimamente las condiciones para atender a los pacientes que demandan servicios de salud en el Municipio.
La realidad es que el estado de hacinamiento y las precarias condiciones materiales y la falta de un personal de salud adecuado, que les permita a los residentes en el Municipio de Cristóbal recibir las atenciones de salud que merecen como seres humanos, les empuja a tener que trasladarse a los Municipios de Salinas y Cabral de la provincia de Barahona, porque en su propia localidad no encuentran las garantías de salvar sus vidas cuando de emergencias se trata.
Con lo que le está sucediendo al Municipio de Cristóbal y a sus habitantes, producto del abandono en que se encuentran en materia de salubridad, han sido responsables las autoridades del pasado y el presente gobierno que se han hecho de la vista gorda y no han tomado en cuenta las vidas de personas inocentes que se han perdido por la falta de un Hospital Municipal que funcione adecuadamente para atender los casos de emergencia que se presenten en esa localidad.
El Ministerio de Salud Pública y el Servicio Nacional de Salud, deberían de acudir directamente en auxilio del Municipio de Cristóbal tomando las decisiones provisionales que sean necesarias atreves del traslado inmediato de las operaciones de la Policlínica de la comunidad a un lugar más adecuado en cuanto se inicia la construcción del Hospital Municipal que demandan sus habitantes para frenar las pérdidas de vidas que se producen como consecuencia del abandono de que ha sido objeto durante tantos años.
Lo cierto es que en materia de abandono en salubridad, aun cuando hemos tratado el tema específico del Municipio de Cristóbal, la realidad afecta a la región suroeste del país donde se carece de un Hospital Público regional que dé respuestas a las demandas de salud de las empobrecidas provincias y municipios de la región Enriquillo, ya que el único Hospital de relativa importancia que existe, el Jaime Mota en Santa Cruz de Barahona, no da abasto a la cantidad de casos que se producen en la zona.
De ahí, es que mi llamado, además de al ministro de Salud Pública, Daniel Rivera y al director del Servicio Nacional de Salud, Mario Lama, va dirigido al presidente de la República Luis Abinader, porque tanto nuestro pueblo natal de Cristóbal como la región Enriquillo, necesitan mayor atención en materia de salubridad por la falta de una política sanitaria y la infraestructura de los servicios de salud que necesita la población.
En definitiva, ahora que el gobierno y los inversionistas que se han comprometido en desarrollar el polo turístico de Pedernales y la región sur, han decidido apostar a desarrollar las potencialidades de la zona, es el momento de aprovechar para invertir en el recurso más valioso que tiene la zona que son sus gentes porque disfrutando de buena salud podrán impulsar el desarrollo que necesita para salir de la pobreza que la ha mantenido estancada toda la vida.