Washington. – La crisis entre Estados Unidos y Rusia escaló un paso más con la expulsión por parte de las autoridades rusas del “número dos” de la embajada estadounidense en Moscú y las renovadas advertencias de Washington de que la invasión rusa a Ucrania podría ocurrir “en días”.
Una apreciación que hizo el presidente estadounidense, Joe Biden, en una frenética mañana de creciente agresividad retórica y gestos diplomáticos, que comenzó con el anuncio por parte de EE.UU. de un cambio de planes en la agenda del secretario de Estado, Antony Blinken, para participar en el Consejo de Seguridad de la ONU.
A la vez, el Departamento de Estado anunciaba la expulsión por parte de Rusia del “número dos” de la Embajada de Estados Unidos en Moscú, Bart Gorman, en una medida considerada como “no provocada”. EE.UU. estudia ya una respuesta a esta acción que considera un paso más en la “escalada” de tensiones bilaterales en medio de la crisis por la concentración militar rusa en la frontera con Ucrania.
En el avión de Blinken, uno de los funcionarios estadounidenses indicó a los periodistas que lo acompañan que la decisión de parar en Nueva York se debe a que se “enfrenta quizá el momento más peligroso para la paz y la seguridad desde el fin de la Guerra Fría”. “Ahora, más que nunca, es fundamental” que EE.UU. y Rusia tengan “el personal diplomático necesario para facilitar la comunicación”, agregó esta fuente.
Al cruce de advertencias en esta volátil situación se sumó Biden, al insistir desde la Casa Blanca que la amenaza de invasión de Ucrania por parte de Rusia es “muy alta” y apunta a la posibilidad de que se produzca en “unos días”. Señaló que Rusia “no ha movido sus tropas hacia fuera, las está moviendo hacia dentro” y recalcó que Estados Unidos tiene razones para pensar que Moscú prepara una operación como pretexto para entrar en territorio ucraniano.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea estudian el paquete de sanciones que están preparando contra Rusia si ataca Ucrania.