Por: Claudia Fernández
Pensiones por antigüedad, pensiones de sobrevivencia, pensiones por vejez, pensiones por discapacidad, pensiones van, pensiones llegan, pero al parecer mi nombre fue definitivamente sacado del globo, ya que llevo años intentando conseguirla y hasta el momento…naaada.
Primero, por el desaparecido Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), luego por una reclamación en la Dirección General de Información y Defensa a los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA), cuando la titular fue Nélsida Marmolejos y más recientemente bajo la dirección de Carolina Serrata, y…naaada. No hay respuestas. “Su caso está en proceso”, es todo lo que dicen.
Presenté mi solicitud ante el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), y ¡oh sorpresa!, este lunes, el presidente Luis Abinader autorizó las pensiones de una cantidad de periodistas, fotógrafos, camarógrafos y trabajadores de la prensa, y tampoco salí agraciada en el globo de la oportunidad.
De qué valieron tantos años de esfuerzos, riesgos, afrontar peligros como amenazas de muerte de parte de un sector del narcotráfico dominicano, presiones de parte de militares corruptos que hacían contubernio con criminales, investigar casos que nadie, en su momento, se atrevió a tocar ni con el pétalo de una rosa, como diría mi abuela.
La pensión es un derecho que corresponde a todo ser humano que ha trabajado media vida de manera honesta, apegado a los principios de la ética, la moral, la verdad por sobre todas las cosas, en el caso específico de los periodistas.
¿Para qué? para que, al final de los días que quedan por vivir, se sienta uno como escoria social. Si reclamas al CDP, te contestan que eso es responsabilidad de Prensa de la Presidencia; si hablas con Daniel García Archibald, director de ese departamento en el Palacio Nacional, te dice que eso es responsabilidad del CDP. La pelota va y viene, según los intereses y cuando insistes, entonces te hacen un muro de silencio y no responden.
Ni el actual presidente del Colegio de Periodistas, Aurelio Henríquez, mucho menos Archibald, el silencio es la respuesta y eso es lo que incomoda, por no decir una palabra más fuerte.
Entonces, ¿qué sucede a estas alturas?, que debo utilizar la herramienta de la que he dependido y dependo desde hace más de 30 años, la escritura, y hacer un desahogo emocional al que me da derecho la violación y conculcación a uno de mis derechos fundamentales, el derecho a una pensión, ¿o es que eso también molesta?
Es mi derecho por el trabajo realizado, independientemente de otros factores, es mi derecho por edad, es mi derecho por cotización, es mi derecho por estar instituido en la Constitución, es mi derecho por ser persona, dominicana y en pleno goce de mis facultades.
Entonces, vuelvo a preguntar, ¿sacaron mi nombre del globo? ¿Por qué no se ofrecen respuestas? Ese también es un derecho que me asiste, el de una explicación, y punto, y eso, que estamos en el gobierno del cambio, ¿para quién? Para un grupo de irresponsables que se escudan en sus armaduras y no dicen naaaada. Ya está bueno, por favor.