En las entrañas de la naturaleza humana vive una tendencia inercial que invita a idealizar, a construir ciertas imágenes en la mente, que convierten a ciertos personajes de la política local en seres que jamás fueron, ni serán. Se trata de una inclinación casi instintiva que mezcla lo que se desea con la realidad.
Los defectos de estos se disimulan y las virtudes se multiplican, lo que engendra un enorme riesgo, no por esa transición que inevitablemente concluye, sino por la inexorable aparición de la frustración que asoma.
Mire esto: Los grandes fundadores de religiones tienen todos sus tumbas. Sus seguidores realizan largas peregrinaciones para rendirle homenaje a sus líderes muertos. En cambio, Jesucristo no recibió ningún homenaje póstumo, a partir del momento que se iba a honrar su tumba, el aparece proclamando su resurrección, otros dicen, evolución.
En el tema político, un liderazgo personalizado que descansa en el sistema de prebendas y sobrecitos que no es más que una forma descarada de hacer una política clientelar y de despojo en base a los recursos del presupuesto nacional, impera en R.D. En eso es que se basan actualmente los mal llamados líderes políticos partidistas en Quisqueya.
Repartir dádivas y prometer cargos en el gobierno a los seguidores y simpatizantes y miembros del partido, es normal, repartir lo que es de todos, entre unos pocos agraciados, en un sistema de padrinaje, clientelar y de demagogia, de pleno siglo XIX, reproduciendo de forma aberrante la corrupción a todos los niveles dentro de los miembros y simpatizantes del partido y en la población en general, continua.
Por eso, las redes sociales hierven con acrimonia, esa mordacidad jocosa que suele hacer tan a menudo el contento, y risa de los demás, con histeria y maniqueísmo.
Cuesta creer que nos estemos convirtiendo en una sociedad de individuos deleznables, intolerantes, burlones, usando esa careta por no tener capacidad para discutir con altura y se recurre a la burla y relajo.
En el pasado se han vivido situaciones nefastas, indignas e indeseables. En ese instante no fueron percibidas con suficiente claridad, pero hoy, con más serenidad y mayor cantidad de información, se entiende que todo lo ocurrido fue una gigantesca farsa con fatídicas consecuencias.
Cuando los dirigentes abusan de su excesivo «buenismo» con tanta candidez y suponen que pueden ignorar procesos tan elementales como estos, cometen una equivocación que tiene esperables consecuencias políticas. No se debe prometer lo imposible. No es inteligente hacerlo desde lo estratégico, pero tampoco es honesto plantearlo de ese modo y eso la sociedad, más tarde o más temprano, lo advierte en toda su magnitud.
Es factible que durante la primera fase del idilio todo suene como una melodía seductora, pero a poco de andar, 24 meses, la realidad hará su parte, y si no se hacen los deberes, la sociedad pasará factura con absoluta crueldad.
Algunos dirán que es un poco tarde para replantear escenarios tan trascendentes. Vale la pena recordar que no existe peor error que el de insistir neciamente en transitar caminos inadecuados solo porque no se ha hecho lo necesario oportunamente.
Es imperioso establecer un nuevo contrato psicológico con la sociedad que tenga como base de sustentación colocar las esperanzas ciudadanas dentro de un marco de prudencia, seriedad y honestidad intelectual. Es tiempo de trabajar con un horizonte claro, con directrices más específicas, blanqueando los costos que se deberán aceptar a la circular por esos senderos y explicando detalladamente porque es indispensable hacerlo ahora, advirtiendo además sobre las secuelas que se derivan de no hacerlo.
Muchos en el PRM, se sienten, ignorados, MENOSPRECIADOS porque esperaban ocupar cargos a los cuales están verdaderamente capacitados, tienen experiencia y han sido leales 100% a Luis Abinader, todo el tiempo, pero escoger un colaborador no debe ser basado en lealtad; si se le dio a los actuales una oportunidad y no resolvió, entonces busque otro, hay muchos en PRM capacitados.
Aparecerán entonces las predecibles resistencias y surgirán muchas críticas, pero si no se asume con hidalguía, nueva metodología, invariablemente los ciudadanos se encontrarán nuevamente con el fantasma de la desilusión y Guido Gómez, ganado adeptos.
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LUIS MARIA GARCIA
03/08/2022