Basta con mirar a su alrededor para darse cuenta de la corrupción de ayer y de hoy. Adjudicarle su nacimiento a la tiranía de Trujillo es un error extremadamente peligroso, que poco aporta a nuestra historia. Esto se escribe en respuesta a un artículo que circuló este jueves en un medio local, donde la historiadora Mu-Kien Adriana Sang Ben, exhorta a respaldar los cambios en la Policía (…estamos de acuerdo), para sustituir la cultura autoritaria y de corrupción heredada de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo (…y en esto último se equivoca) y diremos por qué.
La corrupción en los cuarteles militares y policiales se inició después del 30 de mayo de 1961 (fecha en que asesinaron a Trujillo).
Reprochamos enérgicamente y a la vez nos da pena que una pena que una señora tan culta como Mu-Kien Adriana Sang Ben, se deje llevar por la bruma del momento y falte a la verdad.
Culpar a Trujillo es un atributo de la “intelectualidad” actual y lo hacen para ocultar el fracaso democrático populista, esos trepadores sociales que son triunfadores de ocasión.
Le estamos enseñando la historia a nuestros descendientes con guerras que nunca sucedieron, héroes que nunca lucharon, y reputaciones que no son como dicen; y eso no lo permitiremos.
Mark Twain: “la tinta con que se escribe la historia solo es prejuicio liquido”
“Los relatos objetivos de los sucesos históricos es posible que no sean ciertos”